Geografía, pregunta formulada por juokooo, hace 8 meses

revolucion cientifica y industrial en rusia

Respuestas a la pregunta

Contestado por perezyudit05
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Respuesta: ADVERTENCIAA mucho texto u.U

Explicación:

En 1917, toda Rusia era un marasmo social, económica y políticamente. Pero en el campo de la ciencia la cosa era distinta. Catalina II la Grande (1729-1796) había dejado unos pilares bien cimentados que trascendieron su muerte y sembraron sólidas bases, en las artes y en la ciencia. De un lado, crea el museo del Hermitage en San Petersburgo, funda la Academia de la Lengua Rusa, e instaura la Academia real de las artes. De otra parte, apoya decididamente el fortalecimiento de la Academia de Ciencias de San Petersburgo, fundada en 1724 por Pedro I. Para el año 1917 las artes y la ciencia eran boyantes en la Rusia zarista; sí: en medio de la pobreza, la violencia, la guerra y el hambre.

No solamente Rusia tenía poco que envidiarle al mundo, sino que, en muchas ocasiones, el mundo mismo miraba a Rusia como motivo de reflexión por la investigación y la creatividad allí existentes.

En los albores de la revolución de 1917 existía una lista –incompleta, como todas las listas–, de destacados científicos y pensadores entre los cuales cabe destacar a V. V. Dokouchaiev (1846-1903), el padre de la ciencia de los suelos (clima, topografía, clasificación de suelos, etcétera); N. Lobachevsky (1792-1856), uno de los padres de las geometrías no-euclidianas; justamente, la geometría de Lobachevsky; P. L. Chebyshev (1821-1894), muy importante matemático; D. Mendeleiev (1834-1907), el padre de la tabla de elementos periódicos, en fin: N. Fyodorov (1829-1903) filósofo ruso muy destacado.

La ciencia había sido planteada por académicos e investigadores como una revolución necesaria "desde abajo", por lo menos desde 1860. La ciencia era concebida ya por los zares, y en el afán de modernización, al mismo tiempo, como independiente, y como factor de cambio; visión plasmada, con altos grados de comunicación e intercambio, entre artistas, intelectuales, científicos y académicos.

Entre ellos, ya existían científicos y artistas marxistas, quienes contribuyeron ideológicamente a la gestación de la revolución de 1917, entre ellos, Belinsky, Herzen, Chernyshevsky, Dobrolyubov, y al pionero ruso del marxismo propiamente dicho. Plekhanov.

La idea de ciencia de la revolución

La idea central de la revolución era que la ciencia debía practicarse como nunca antes se lo había hecho. Nuevas metodologías, nuevos lenguajes, nuevas ideas tendrían espacio. De manera singular, la revolución de 1917 realizó un llamado a romper la disciplinariedad de las ciencias, y a adoptar enfoques cruzados, interdisciplinares.

Al fin y al cabo, las revoluciones son sueños colectivos que rompen con la realidad existente hasta ese momento. Pues bien, la ciencia debía corresponder al talante de los nuevos sueños y apuestas. La ciencia apostaba, de consuno con la sociedad, en la curación de severas enfermedades, en alcanzar verdades inalcanzables, en fin, en descubrir realidades inopinadas hasta la fecha.

Lysenko, Vernadsky (1863-1945), biogeoquímico y geoquímico, gracias a quien se conocerá el concepto de "biosfera" , A. K. Gastev (1882-1939), pionero de la ciencia soviética del trabajo –hoy diríamos, la administración. S. Briukhonenko (1890-1960), biomédico y tecnólogo, pionero de la máquina del corazón y los pulmones. K. Tsiolkovsky (1857-1935), el pionero de la ciencia de cohetes, y uno de los fundadores de la cosmonáutica soviética. I. P. Pavlov (1849-1936), fisiólogo padre de la idea de los reflejos condicionados, quien creó una escuela muy destacada de fisiólogos e investigadores en la nueva Rusia.

De otra parte, el Museo Politécnico, la primera universidad para mujeres (los Cursos Superiores para Mujeres), y diferentes sociedades científicas, tales como la Sociedad Rusa de Física y Química, tomaron forma alrededor de 1917, después del triunfo de los bolcheviques; es así como a la legendaria Universidad Lomonosov se sumó la Universidad de Moscú y de otras ciudades.

Sin embargo, de acuerdo con los líderes de la revolución, con Lenin a la cabeza, la ciencia debía adecuarse a los sueños de la revolución misma; esto es, contribuir a la construcción de la sociedad socialista radiante, dejando atrás toda la historia del Imperio, de los zares y zarinas. En una palabra, sin ambigüedades, se trataba de la conquista de la Historia (con mayúsculas).

No por casualidad la revolución se dedicó a cuidar a sus científicos y artistas. Específicamente, en el marco de las limitaciones y penurias que implicaron los procesos de los años 20, tomó forma y nunca se detuvo una amplia y sólida infraestructura de investigación, concediéndoles siempre las facilidades y requerimientos necesarios. Intervenciones basadas en la ciencia debían implementarse en todo la geografía y en todos los dominios que fueran necesarios. Sin ambages, la ciencia tenía el poder, el derecho y la obligación de transformar el mundo.


juokooo: gracias
perezyudit05: de nadaaaa uwu
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