Resumen largo del libro doble travesía de lilia Gutiérrez (muy largo y completo) .
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cómo
no arriesgar una palabra en las penumbras de un país que de tanto pensarlo se
volvió humo y ceniza! ¡Alucinación de una quemante desmesura! Doble Travesía, es una incursión de “siete días, siete noches, siete instantes de
eternidad pasos agigantados, repetidos y sensaciones que se desgranan, igual
que los dilemas cuando la vida se pone a prueba…” (Capítulo 1. Hallar el
camino). Es el asedio de un caminante a sus propias convicciones. A sus
cavilaciones sobre la Cordillera Oriental, donde, los ejércitos de Bolívar blandieron
la palabra libertad y el heroísmo de Custodio García Rovira, envolvió su cuerpo
bajo un manto de gloria y sacrificio. Allí el preludio de una nueva
emancipación parece precipitarse entre la contradicción, el desastre y los
escombros de lo que pudo ser una gran sublevación continental. Mas, en la
miseria se pulen lo ideales y lo que una vez fue certeza y bravura, se
convirtió en linaje de escorpiones.
Doble travesía, es un encuentro con la intangible soledad de una
patria asolada por el miedo, en un territorio que evoca las cumbres del “Alto
de los rayos” y los riscos por donde viajan las borrascas y los sufrimientos,
al río nevado en “Macharé”, pueblo inventado por los vientos y las risas del
Mohán.
Samuel,
el ponderado caminante, que persiste en hallar a sus padres, a pesar de la
presencia de grupos armados y los campos minados. “A lo lejos, palpando la montaña, las nubes retocaban esculturas con
distintas tonalidades” (P.25) y tras esa insistencia, florecen los
recuerdos, su Aisha, la joven de las cercanías de Xian, que le enseñó los
valles eternos más allá de la gran muralla, la figura del gran maestro, el Lama Niu y claro, el doctor Chez. Su mente
enfebrecida por el viaje se desdobla mitigando la soledad. Algo que la ciencia
no explica y la intuición interpreta como nudos de verdad. Así podrá visualizar
escenas inauditas, de secuestrados, mosalvetes y malvados a punto de claudicar.
Al final no sabemos si, la narración quiere ser fiel a una realidad nacional o
exaltar la belleza del paisaje ebrio de azulejos, comadrejas, guiches y
guirnaldas. “-Te llamaré el Valle de
Uxmal, en memoria de la ciudad de la abundancia”, se dirá en sus
pensamientos.
Y
del roble rosado, brotó la joven Melandra, de increíble belleza, quien al
caminar no tocaba el suelo. “Y vio Samuel el viento atravesar los espacios, las
nubes blancas, rojas, amarillas y las tonalidades grises. Saltó el odio sacando
los colmillos, las garras; salpicó los montes y las quebradas. Muchos seres
fueron pisoteados: humanos, vegetales, animales, mortales e inmortales,
sacudidos e impregnados. La furia subía con sus alas de metal, rodaba por
montes y ciudades, se metía en el espíritu del aire, invadía los lugares, los
pulmones, las arterias, las piedras. Empinaba el dolor hasta alcanzar el alma de los pequeños y los grandes (P-125)
Melandra, entretanto tejía y destejía el manto de la realidad en el pensamiento
de Samuel, poblándolo de delicias y encantos, en esa instancia parecida a la
mansión de los sueños.