resumen del satiro sordo
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Resumen
En una selva cercana al Olimpo vive un sátiro, a quien los Dioses le habían permitido reinar sobre la Naturaleza. En una ocasión, el sátiro desobedece la orden de no salir de sus dominios y sube al monte Olimpo. Apolo lo deja sordo como castigo. Aunque no oye los cantos de los pájaros ni de las bacantes, el sátiro disfruta viendo bailar a los faunos y otras criaturas del bosque.
Tiene dos consejeros: la alondra y el asno. La alondra es hermosa, pero había dejado de ser su favorita desde que había perdido la audición. El sátiro usa al asno para cabalgar, y el animal se pasa los días pastando, espantándose las moscas y durmiendo la siesta a la sombra.
Un día llega Orfeo al bosque, huyendo de la miseria de los hombres y buscando comprensión en la Naturaleza. Todos los animales y árboles gozan y celebran al escuchar el sonido de su lira. Se presenta ante el sátiro y le canta bellas melodías acerca de los Dioses, las criaturas fantásticas y las maravillas de la Naturaleza.
Al escuchar su canto, todos los seres se conmueven y reaccionan ante la belleza del arte de Orfeo: la luz brilla con más fulgor, los guijarros lloran y las náyades le profesan su amor. Incluso Venus lo confunde con Apolo al pasar fugazmente por el bosque. Todos menos el sátiro, obviamente. Al terminar de cantar, Orfeo le pregunta si le gustó su canto y, de ser así, si se podía quedar a vivir allí.
El sátiro mira a la alondra y al asno buscando consejo. La alondra le aconseja que le permita a Orfeo quedarse, debido a que la belleza de su canto embriaga a todo el bosque y todos los animales disfrutan su arte. Pero por más que la alondra intenta dar sus argumentos con la voz más alta y más clara posible, el sátiro no logra entender ni quién es Orfeo ni qué habría que hacer con él.
Luego, el sátiro mira al asno, quien, en silencio, mueve la cabeza de un lado a otro. En consecuencia, el sátiro señala el camino que sale de la selva, mira a Orfeo y le grita “No”. El grito del sátiro llega a escucharse hasta en la cima del monte Olimpo, desde donde se oye un coro de carcajadas. Después de escuchar la respuesta del sátiro, Orfeo sale triste del bosque, dispuesto a colgarse del primer laurel que encuentre. Sin embargo, no lo hace y se casa con Eurídice.