resumen del cuento el día del derrumbe de Juan Rulfo
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“El Día del Derrumbe” es uno de los cuentos de Juan Rulfo que se aglutinan bajo el título El Llano en Llamas, relato que cobra singular importancia en los días que corren, en un diálogo don vecinos de la localidad rememoran el terrible temblor que derruía las casas “como si fueran de melcocha”, “fue en septiembre por ahí del día 21” dice uno de los personajes a lo que el otro responde: “No compadre, como ve fue poco antes a partir del día 18”.
El cuento en cuestión fue adaptado para la pantalla cinematográfica en el libreto que escribiera Alberto Isaac para la cinta llevada a cabo bajo su propia dirección “El Rincón de las Vírgenes”.
El pueblo gasta lo que tiene para recibir al gobernador con el deliberado propósito de que éste asuma el gasto correspondiente a la reconstrucción, “hay que apoquinar”, dice el actor Pancho Córdova caracterizando a Melesio Terrones a la sazón alcalde de Comala, a lo que un personaje de menor relevancia le contesta “¿aunque nos gastemos lo que necesitamos para reponer los daños del temblor?”.
Héctor Ortega caracterizando al gobernador pronuncia en un banquete ofrecido en su honor un discurso de un barroquismo exacerbado, interrumpido intempestivamente en ocasiones reiteradas por uno de los comensales que grita : “Exacto, señor gobernador”, hasta que otro de los comensales dice a voz en cuello : “Ya callen a ese borracho”, desencadenando así una trifulca entre los concurrentes con balacera de por medio y toda la cosa.
Resulta claro que Juan Rulfo alude en el referido cuento al terrible terremoto que devastó Colima en 1932, y con el que los voceros de comunicación social establecieron innumerables comparativos en relación con el sismo que se sufrió en Chiapas y Oaxaca el pasado 7 de septiembre; es, asimismo el suceso al que de manera indubitable se alude en Pedro Páramo, específicamente en lo que respecta al pasaje en el que el alma en pena de Eduviges Dyada rememora el momento en que quedó atrapada entre los escombros de la habitación en la que pernoctaba cuando se le vino encima por efecto de los temblores.
En el libreto escrito por Alberto Isaac para la cinta “El Rincón de las Vírgenes”, existe ambigüedad e imprecisión respecto a la fijación de la fecha del temblor en cuestión, la voz narrativa del protagonista de la trama; Lucas Lucatero, encarnado por la actuación de Alfonso Arau, dice que recuerda el día de su boda con “Leona”, la hija del “Santo Niño Anacleto” fue el 24 de junio ya que ese fue el día del “temblor grande”.
En el diálogo entre el presidente municipal y el gobernador, sin embargo, llevado a cabo mientras el primero le exhibe al segundo las excelencias de la “plaza de toros”-“único edificio que no sufrió con el temblor”, se dice que el mismo “nos sorprendió preparando la feria de febrero”.
Ubicar en junio la fecha del aludido sismo pareciera una referencia al hecho histórico específico del terremoto de 1932 que ciertamente tuvo verificativo en junio de ese año, sólo que el 3 y no el 24, por su parte, el haber escogido ese día en la trama de la cinta, pareciera manifestar un anhelo por parte de Alberto Isaac de estar en concordancia con una referencia mística al día de San Juan Bautista; por lo que hace a la mención a las fiestas de febrero al referirse a la “Plaza de Toros”, dejaría entrever una alusión al célebre coso efímero de palma edificado cada mes de febrero en “Villa de Álvarez” , Colima y conocido con la muy significativa denominación de “la petatera”, aun cuando, claro está, la edificación que se visualiza en “El Rincón de las Vírgenes” es una construcción de concreto.
“El día del derrumbe” es un texto investido del don profético que le es propio a toda obra literaria de profunda perspectiva humana y verdadera profundidad poética, no sólo por anunciar con décadas de antelación la fecha de una desgracia acaecida en dos ocasiones con treinta y dos años de distancia una de otra, sino por la enorme tragedia social que describe con enorme crudeza, sin menoscabo por lo demás, de un agudo y formidable sentido del humor, su lectura, pareciera obligada en los días que corren.
El terremoto de Lisboa puso en entredicho los paradigmas filosóficos y políticos de toda una época e incluso a las relaciones de poder existentes, a grado tal, que se le llegó a considerar por sus implicaciones como un antecedente de la “toma de la Bastilla”, al unísono de que, a partir del referido terremoto, Voltaire escribió su comedia “Cándido”, considerada un alegato contra la tesis ética, histórica y política de Leibnitz que se expresa en la consabida frase: “Vivimos en el mejor de los mundos posibles”; leer en los días que corren “El Día del Derrumbe” seguramente nos llevará a esgrimir en nuestros días el mismo alegato que siglos atrás abanderara Voltaire.