resumen del cuento Arabia de james joyce.
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Respuesta:
Análisis del cuento Araby de James Joyce
El primer amor
Una de las experiencias que cuentan los relatos de iniciación es el primer amor del protagonista, que marca el pasaje de la niñez a la adolescencia. El personaje de "Araby" es un niño cuya vida se reparte entre la escuela y los juegos con sus amigos; sin embargo, nuevos intereses comienzan a captar su atención. El juego pierde su encanto ante la presencia de la hermana de su amigo Mangan y el protagonista de la historia pasa sus horas observándola. Sensaciones y sentimientos confunden, alteran y ocupan el pensamiento del personaje que descubre el amor.
La primera experiencia representa un descubrimiento. El niño que se enamora no ha vivido antes una situación similar y, por lo tanto, su actitud será la de un explorador en tierras desconocidas. "Araby" muestra el extrañamiento del chico frente a los sentimientos descubiertos y la incapacidad por explicar su estado con claridad:
Me importaba muy poco el futuro. Ignoraba si alguna vez llegaría a hablar con ella o, si llegaba a hablarle, cómo podría explicarle mi confusa adoración.
Al personaje no le importa demasiado entablar una relación con la joven vecina: su aceptación o su rechazo no le preocupan. Se encuentra completamente ocupado en la indagación y experimentación con el sentimiento nuevo. La descripción minuciosa de las sensaciones evidencia el interés por comprender una vivencia desconocida, que le provoca asombro, sorpresa, felicidad, angustia. El narrador dice:
Yo no podía reunir mis pensamientos errantes. Apenas me quedaba paciencia para los asuntos serios de la vida que, como me separaban de mi deseo, me parecían un juego de niños, un tonto y aburrido juego de niños.
La mirada extrañada del protagonista es referida por el narrador adulto. El punto de vista del niño, conmocionado por el deslumbramiento amoroso, está atravesado por el punto de vista del hombre, que recuerda los hechos y los narra con un lenguaje claro y preciso propio de su edad.
Las abundantes referencias espaciales del cuento remiten a Dublin y constituyen dos ámbitos diferenciados: la calle silenciosa en la que transcurre la infancia y la ciudad bulliciosa, hostil, poblada por la multitud desconocida.
El pasaje de la niñez a la adolescencia aparece entremezclado, en el texto, con el abandono del espacio familiar del barrio y del juego y con la salida hacia el mundo de los adultos. Esta salida puede observarse en dos momentos: el primero, de transición, en el que el protagonista acompaña a su tía a hacer las compras; y el segundo, en el que sale solo, viaja a través de la ciudad y se dirige a la feria, cuyo nombre, Araby, revela lo extraño que le resulta el lugar al protagonista.
(Araby fue el nombre que se le dio a una feria organizada entre el 14 y el 19 de mayo de 1894, a beneficio de un hospital de Dublin. La denominación evidencia la atracción que ejercía lo oriental en la Gran Bretaña del siglo XIX)
La epifanía
Epifanía es un término que denomina una revelación súbita e inesperada. Un hecho aislado del hilo del acontecer, un acontecimiento cotidiano y común le proporcionan al observador, inesperadamente, un sentido oculto. Ese sentido no se alcanza por la investigación y el análisis de los datos, sino a través de una captación momentánea e inmediata, una revelación.
Joyce narra las historias como una sucesión de epifanías, que dejan a los personajes en un estado de incertidumbre. El lector también participa de la incertidumbre: no puede determinar con certeza el sentido que manifiesta e1 acontecimiento. El narrador adulto, frente a la revelación, desaparece: expone la experiencia, pero no la explica.
"Araby" concluye con una epifanía. El protagonista se descubre, de pronto, ante la oscuridad del lugar cerrado, en una feria que no le interesa, sin haber cumplido la promesa y en un estado de angustia y furia. El lector puede reconocer que el detalle nimio de la feria cerrada es significativo para la maduración del personaje, pero, al mismo tiempo, siente la insatisfacción del sentido no explicado por el narrador. La epifanía impacta y deja al lector con el impacto.
Respuesta:
Una de las experiencias que cuentan los relatos de iniciación es el primer amor del protagonista, que marca el pasaje de la niñez a la adolescencia. El personaje de "Araby" es un niño cuya vida se reparte entre la escuela y los juegos con sus amigos; sin embargo, nuevos intereses comienzan a captar su atención. El juego pierde su encanto ante la presencia de la hermana de su amigo Mangan y el protagonista de la historia pasa sus horas observándola. Sensaciones y sentimientos confunden, alteran y ocupan el pensamiento del personaje que descubre el amor.
La primera experiencia representa un descubrimiento. El niño que se enamora no ha vivido antes una situación similar y, por lo tanto, su actitud será la de un explorador en tierras desconocidas. "Araby" muestra el extrañamiento del chico frente a los sentimientos descubiertos y la incapacidad por explicar su estado con claridad:
Me importaba muy poco el futuro. Ignoraba si alguna vez llegaría a hablar con ella o, si llegaba a hablarle, cómo podría explicarle mi confusa adoración.
Al personaje no le importa demasiado entablar una relación con la joven vecina: su aceptación o su rechazo no le preocupan. Se encuentra completamente ocupado en la indagación y experimentación con el sentimiento nuevo. La descripción minuciosa de las sensaciones evidencia el interés por comprender una vivencia desconocida, que le provoca asombro, sorpresa, felicidad, angustia. El narrador dice:
Yo no podía reunir mis pensamientos errantes. Apenas me quedaba paciencia para los asuntos serios de la vida que, como me separaban de mi deseo, me parecían un juego de niños, un tonto y aburrido juego de niños.
La mirada extrañada del protagonista es referida por el narrador adulto. El punto de vista del niño, conmocionado por el deslumbramiento amoroso, está atravesado por el punto de vista del hombre, que recuerda los hechos y los narra con un lenguaje claro y preciso propio de su edad.
Las abundantes referencias espaciales del cuento remiten a Dublin y constituyen dos ámbitos diferenciados: la calle silenciosa en la que transcurre la infancia y la ciudad bulliciosa, hostil, poblada por la multitud desconocida.
El pasaje de la niñez a la adolescencia aparece entremezclado, en el texto, con el abandono del espacio familiar del barrio y del juego y con la salida hacia el mundo de los adultos. Esta salida puede observarse en dos momentos: el primero, de transición, en el que el protagonista acompaña a su tía a hacer las compras; y el segundo, en el que sale solo, viaja a través de la ciudad y se dirige a la feria, cuyo nombre, Araby, revela lo extraño que le resulta el lugar al protagonista.
(Araby fue el nombre que se le dio a una feria organizada entre el 14 y el 19 de mayo de 1894, a beneficio de un hospital de Dublin. La denominación evidencia la atracción que ejercía lo oriental en la Gran Bretaña del siglo XIX)
La epifanía
Epifanía es un término que denomina una revelación súbita e inesperada. Un hecho aislado del hilo del acontecer, un acontecimiento cotidiano y común le proporcionan al observador, inesperadamente, un sentido oculto. Ese sentido no se alcanza por la investigación y el análisis de los datos, sino a través de una captación momentánea e inmediata, una revelación.
Joyce narra las historias como una sucesión de epifanías, que dejan a los personajes en un estado de incertidumbre. El lector también participa de la incertidumbre: no puede determinar con certeza el sentido que manifiesta e1 acontecimiento. El narrador adulto, frente a la revelación, desaparece: expone la experiencia, pero no la explica.
"Araby" concluye con una epifanía. El protagonista se descubre, de pronto, ante la oscuridad del lugar cerrado, en una feria que no le interesa, sin haber cumplido la promesa y en un estado de angustia y furia. El lector puede reconocer que el detalle nimio de la feria cerrada es significativo para la maduración del personaje, pero, al mismo tiempo, siente la insatisfacción del sentido no explicado por el narrador. La epifanía impacta y deja al lector con el impacto.