resumen del capitulo 2 del libro huesos de lagartija
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Ahi ta
Explicación:
El deber de los jóvenes en el Calmécac era barrer los templos, para que estuvieran siempre limpios. De noche íbamos a los bosques de los cerros a recoger leña, la cargábamos en nuestra espalda y la traíamos para alimentar los grandes braseros de los templos. Los braseros ardían la noche entera, todas las noches del año, e iluminaban la oscuridad.
Era dura nuestra vida en el Calmécac, vida de sufrimiento y penitencia. Debíamos velar y ayunar, pasábamos noches enteras sin dormir y también días enteros sin comer. Nos enseñaban a soportar el frío, a bañarnos en agua helada, y cuando dormíamos no podíamos cubrirnos con ninguna manta, ni apretarnos unos con otros para calentarnos. Nunca descansábamos, apenas comíamos y, si por ventura nuestros familiares nos traían algo de alimento, tal vez un poco de maíz, unas semillas de amaranto, un poco de carne de conejo, debíamos compartirlo con los otros jóvenes.