Historia, pregunta formulada por varelaluciano119, hace 3 meses

Resumen de Martín Fierro cantó 15 al 19

Respuestas a la pregunta

Contestado por lyndaroxxy
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Respuesta:

A diferencia de la gauchesca anterior, que había utilizado el canto para composiciones breves, Hernández configurará un largo poema a modo de canto. El MF no se sustenta sobre un modelo de lengua natural, conversacional, sino sobre una capacidad estética del personaje. Es estilización de una expresión artística. El canto es palabra y es música y en este sentido el poema de Hernández tiene un fuerte sustento oral y auditivo. Está pensado desde la música, expresión que, como la palabra, solo se desarrolla en el tiempo, a través del ritmo y la pausa, y nos coloca en otra dimensión de la propia de la escritura, ya que esta, si bien se procesa en el tiempo, tiene un lugar físico, un espacio, en el libro. El canto se desvanece en el aire o se guarda en la memoria.

Jitrik (1971, 13) define el canto del poema como una forma de recitativo o de oratorio:

Una sola voz monótona, la del oficiante, interrumpe apenas su melopea para permitir que hagan su aparición otras melopeas; todas se mezclan y componen un único acompasado lamento, esa voz entona infatigable la relación de la desdichada suerte de un pueblo, de una raza, de un hombre.

Si bien el canto es una convención tan literaria como hacer ir al gaucho al Colón en el caso del Fausto, es cierto que -como ya ha señalado Ludmer- hay una tradición dentro y fuera del género que avala al gaucho cantor. Fuera del género, Sarmiento realizó una idealización romántica de este arquetipo al que tres décadas más tarde Hernández le dará cuerpo y voz en Martín Fierro. Entresacamos de Facundo:

El gaucho cantor es el mismo bardo, el vate, el trovador de la Edad Media, que se mueve en la misma escena, entre la lucha de las ciudades y el feudalismo de los campos, entre la vida que se va y la vida que se acerca [...]

El cantor no tiene residencia fija: su morada está donde la noche lo sorprende; su fortuna, en sus versos y en su voz. Dondequiera que el cielito enreda sus parejas sin tasa, dondequiera que se apura una copa de vino, el cantor tiene su lugar preferente, su parte escogida en el festín. El gaucho argentino no bebe, si la música y los versos no lo excitan, y cada pulpería tiene su guitarra para poner en manos del cantor [...]

El cantor mezcla, entre sus cantos heroicos, la relación de sus propias hazañas. Desgraciadamente, el cantor, con ser el bardo argentino, no está libre de tener que habérselas con la justicia. También tiene que darla cuenta de sendas puñaladas que ha distribuido, una o dos desgracias (¡muertes!) que tuvo [...]

Por lo demás, la poesía original del cantor es pesada, monótona, irregular, cuando se abandona a la inspiración del momento. Más narrativa que sentimental, llena de imágenes tomadas de la vida campestre, del caballo y las escenas del desierto [...]

Por otra parte, desde Hidalgo se ha constituido el canto (especialmente el cielito) en la génesis misma del género y en su desarrollo posterior. Hernández abunda en la vertiente cantada de la gauchesca y deja de lado el coloquio. No nos hallamos ante dos o más gauchos que conversan en la consabida estructura seudodramática. Tampoco se enmarca la situación en la cual se despliega el canto. Hay que desprenderla contextualmente por la presencia del cantor y la audiencia, que aparece explícitamente en VMF (= La vuelta de Martín Fierro). En GMF una voz, sin introducción previa, rompe a cantar, posiblemente en una pulpería, y esa voz le cede luego el turno a otra (ausente), la de Cruz, para concluir con una coda autoral, en la que Hernández se expresa en lengua gauchesca. En La vuelta el escenario es una fiesta3 donde el cantor principal va dejando su turno a los otros cantores. Entradas y salidas de personajes, interrupciones del auditorio, la voz del autor que se evidencia en ciertos cantos, todo construye secuencias monofónicas que solo se quiebran en el aparente diálogo de la payada.

Pero, además, Hernández instaurará junto con el canto el tema del canto, ya exhaustivamente analizado por Jitrik. Sin embargo, queremos destacar algunos elementos no contemplados por este crítico. Primeramente, que la concepción del canto varía entre la primera y la segunda parte, cuando ya estaba fija la estructura poemática. En GMF, el personaje entiende el canto como algo natural:

las coplas me van brotando  

como agua del manantial  

I, 53-54;                

me salen coplas de adentro  

como agua de la vertiente  

I, 305-06;                

de la boca se me salen  

como ovejas del corral  

I, 1889-90.                

Explicación:

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