resumen de los senderos de Darwin
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Hace 200 años nació uno de los personajes más importantes en la historia de la biología; tras diferentes
caminos, muchas colectas, un viaje, años de reflexión y un innumerable registro de evidencias, Charles
Darwin daría una nueva explicación a la evolución de los organismos, proponiendo como elemento
principal la selección natural de variaciones favorables y heredables a través de procesos graduales en
el tiempo. Para Darwin la enorme diversidad biológica era uno de los resultados de la evolución, y las
diferentes especies y organismos que la conforman conservan una estrecha e íntima relación a través de
la historia de la vida, conectadas por un ancestro común. Esta explicación fue desarrollada en El origen de
las especies por medio de selección natural, libro publicado en 1859, que causó revuelo al abrir nuevas
discusiones a viejas preguntas sobre cómo estaba organizada la vida en la Tierra. En nuestros días, no
todas las comunidades científicas que se han ocupado de estudiar la evolución de los seres vivos admitirían
que la selección natural sea el proceso creativo de la diversidad biológica, tampoco todas aceptarían
que el proceso ocurre de forma gradual, ni que hubo un sólo ancestro común, pero todas admiten que
la evolución es un hecho innegable. Con este pretexto decidimos recordar parte de la historia de uno
de los naturalistas que marcó un siglo al argumentar la explicación de la evolución biológica por medio
de selección natural y variación, en un libro que, a 150 años de su primera edición, se sigue leyendo y
discutiendo.
Explicación:
El siglo XIX estuvo lleno de viajeros que recorrían los océanos para encontrarse con tierras lejanas que
habitaban seres desconocidos: plantas, aves, reptiles, sociedades humanas, un sinfín de olores, de formas,
de colores, preguntas que se contestaban a través de la imaginación y la observación. Era la ansiedad
curiosa de lo desconocido que invitaba a los viajeros a describir los mundos que conocían y compartir su
experiencia a través de sus diarios de viaje que, por las tardes lluviosas en la húmeda Inglaterra, se leían
en voz alta para alimentar un poco el espíritu curioso y despertar la imaginación, al mismo tiempo que el
cuerpo descansaba.
Aquellos libros narraban y dibujaban las peculiaridades de la naturaleza; paisajes y fronteras, ríos y mares.
Y mientras las historias contentaban a los lectores, quienes volvían del viaje, no siempre regresaban
tranquilos. Éste fue el caso de un famoso naturalista inglés, a quien esa pasión por conocer e interpretar
el mundo natural lo llevó a tierras lejanas. Nos referimos a Charles Robert Darwin. (Figura 1)