Resumen de la Unidad Italiana y Unidad Alemana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
El actual territorio alemán estaba formado en la segunda mitad del S XIX por 30 pequeños estados. El proceso de unificación de la actual Alemania se planteó a partir del enfrentamiento entre los dos estados más poderosos de la región: Austria y Prusia.
Prusia era el estado con mayor desarrollo industrial y comercial de la región y había formado una unión aduanera y mercado común -el Zolverein- que integraba su territorio con otras regiones alemanas. Esto le dio mucho poder a su burguesía industrial y liberal, que pudo disputarle el poder a la atrasada aristocracia terrateniente. Todos estos fueron factores decisivos que favorecieron a los prusianos para lograr su objetivo de unificar Alemania.
Respuesta:
La Unificación italiana fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en los que la península itálica estaba dividida, en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas «no italianas» como los Habsburgo o los Borbones.
Explicación:
Ese proceso ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista, que pretendía la identificación de nación y Estado, en un sentido centrípeto y, en el caso de Italia, también irredentista. En Italia se le conoce sobre todo como el Resurgimiento (Risorgimento en it.), e incluso como la Reunificación italiana, considerando que Italia fue unificada por Roma en el siglo III a. C. y durante setecientos años constituyó una especie de prolongación territorial de la capital del Imperio, gozando, durante largo tiempo, de un estatus privilegiado (por esa razón no fue convertida en provincia como todos los territorios conquistados).
El proceso de unificación italiana es resumido así: a comienzos del siglo XIX la península itálica estaba compuesta por varios estados (Lombardía, bajo el dominio austríaco; los Estados Pontificios; el reino de Piamonte; el reino de las Dos Sicilias, entre otros), lo que respondía más a una concepción feudal del territorio que a un proyecto de estado liberal burgués. Después de varios intentos de unificación entre 1821 y 1849, que fueron aplastados principalmente por el gobierno austríaco y sus aliados, la hábil política del Conde de Cavour, ministro del Reino de Cerdeña, logró interesar al emperador francés Napoleón III en la unificación territorial de la península, que consistía en expulsar a los austríacos del norte y crear una confederación italiana. A pesar de la derrota del imperio austríaco por el ejército francés y sardo-piamontés, el acuerdo no se cumplió integralmente por temor de Napoleón a la desaprobación de los católicos franceses. Solo la Lombardía, conquistada por los franceses y sardo-piamonteses fue anexionada al Reino de Cerdeña. Además, durante la guerra estallaron insurrecciones en los ducados del norte, que pidieron y obtuvieron la anexión a Piamonte-Cerdeña, con lo cual se cumplió la primera fase de la unificación.