Resumen de la Pelicula de San Matin de Porres
Que sea un poco largo
Respuestas a la pregunta
Explicación:
En la Lima de finales del Siglo XVI vive Martín con su madre y su hermana. Martín es un niño mulato de corazón noble y puroo que sólo vive hacer y desear el bien a los demás (incluso a aquellos que lo denigran y maltratan), ese es el concepto de felicidad para Martín que idolatra a su heroe Jesucristo.
La vida de Martín cambiará cuando sea reclamado junto a su hermana por su padre, un poderoso higaldo español que se ocupará de su educacion. Pasarán los años y Martín ya formado regresará junto su madre, Martín ha recibido una buena y adinerada educación, pero Martín sigue con su deal de darlo todo por y para los demas, esto le llevará a ingresar en el convento de los dominicos rechazando la fortuna de su padre empezará en el escalón más bajo, esto es, barriendo el suelo.
Pero esto para Martín es pura felicidad y a partir de ese momento convertirá a la escoba en un símbolo y al mismo tiempo su fama irá creciendo
Respuesta:
Biografías cinematográficas de san Martín de Porres, el "frailecillo" que afirmo «Todo el que se humilla será enaltecido» y así vivió su vida: humillándose por ser mulato, humillándose ante Dios y sirviendo al prójimo.
Nació en la ciudad de Lima, Perú, el día 9 de diciembre del año 1579. Fue hijo de Juan de Porres, caballero español de la Orden de Calatrava, y de Ana Velásquez, negra libre panameña. Martín es bautizado en la iglesia de San Sebastián, donde años más tarde Santa Rosa de Lima también lo fuera.
Son misteriosos los caminos del Señor: no fue sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres. Fue Santo Toribio de Mogrovejo, primer arzobispo de Lima, quien hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre.
A los doce Martín entró de aprendiz de peluquero, y asistente de un dentista. La fama de su santidad corre de boca en boca por la ciudad de Lima.
Martín conoció al Fraile Juan de Lorenzana, famoso dominico como teólogo y hombre de virtudes, quien lo invita a entrar en el Convento de Nuestra Señora del Rosario.
Las leyes de aquel entonces le impedían ser religioso por el color y por la raza, por lo que Martín de Porres ingresó como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por el servicio, la humildad, la obediencia y un amor sin medida.
San Martín tiene un sueño que Dios le desbarata: "Pasar desapercibido y ser el último". Su anhelo más profundo siempre es de seguir a Jesús. Se le confía la limpieza de la casa; por lo que la escoba será, con la cruz, la gran compañera de su vida.
Sirve y atiende a todos, pero no es comprendido por todos. Un día cortaba el pelo a un estudiante: éste molesto ante la mejor sonrisa de Fray Martín, no duda en insultarlo: ¡Perro mulato! ¡Hipócrita! La respuesta fue una generosa sonrisa.
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