Resumen de la leyenda Cómo las cotorras llegaron a los toldos de los aracaucanos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los araucanos vivían antes en las regiones cálidas, en las cuales no se
conocían la nieve, ni el hielo, ni la oscuridad del invierno, ni la inclemencia de
los vientos helados y las tormentas. Sin embargo, los gobernantes Amancay y
Mutaquén decidieron que debían salir de sus comarcas y buscar otro lugar para
vivir. Alzaron sus toldos los subieron a los lomos de los guanacos, y se fueron
para el Sur. Pasó la Luna llena, la menguante y otra Luna llena, y todavía no
habían encontrado un sitio dónde establecerse.
Por último llegaron a una región montañosa llena de bosques, en los cuales era
muy difícil penetrar. Los troncos inmensos casi no los dejaban pasar, pero al fin
encontraron lagos de agua cristalina y pastos abundantes para los guanacos.
Armaron los toldos, los guerreros salieron de caza, y regresaron con zorros y
nutrias de piel suave y bella, animales distintos de los que estaban
acostumbrados a ver, y también, con el huemul fugaz, que era grande y que
hacía que la comida fuera buena y abundante. Las mujeres se dedicaron a hilar
la lana de los guanacos y a tejer vestidos nuevos. Todavía no sabían del frío
que estaba por venir, pero cuando la nieve y las tormentas llegaron, supieron
cómo abrigarse y cómo guardar comida para los meses de oscuridad.
Los hombres tenían que enfrentarse al puma, que bajaba de las montañas a
robarse los guanacos, la propiedad más valiosa de los araucanos. Como ellos
casi no podían salir de los toldos durante los meses de invierno, los guanacos
les daban leche y lana; por eso, nunca mataban a ninguno de estos animales, a
menos que fuese absolutamente necesario; además, se consideraba pecado
hacerlo.
Explicación: