resumen de la historia de la deportista Noemi Vasquez
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Noemí Vásquez, cuatro veces campeona nacional de parapowerlifting que nos representará en los Parapanamericanos Lima 2019, le contó a La República su constante lucha por sacar adelante a su familia.
Son las nueve de la noche del viernes y Noemí junto a su madre Guillermina llegan a la avenida Dolores en Arequipa dispuestas a batir récord de ventas. No importa lidiar con los amigos del licor, que en más de una ocasión son presos del desenfreno y de la violencia, pues ellas están dispuestas al sacrificio por ganarse la vida honradamente, pero sobre todo lo hacen por Rony. El bebé que Noemí llevó en su vientre por nueve meses, hoy ya es todo un hombrecito. Con 16 años es su motivo de lucha, su mejor amigo, su compañero de vida. “Yo hice y hago todo para que él no sufra lo mismo que yo. Sobre todo la discriminación”. Y es que nuestra cuatro veces campeona nacional de parapowerlifting , a sus 42 se come el mundo en su silla de ruedas, pero la vida no es fácil para ella ni para su familia.
A Noemí Vásquez, quien nació en Puerto Maldonado, le diagnosticaron poliomielitis, enfermedad infecciosa producida por un virus que ataca la médula espinal y provoca atrofia muscular y parálisis al año y medio de vida. Los bajos recursos de sus padres no le permitieron sino hasta los 4 años de edad llegar a la clínica San Juan de Dios para seguir un tratamiento, incluso estuvo internada por tres años ahí. El afán de sus padres por darle una mejor calidad de vida, los lleva hasta Arequipa, ciudad que hasta ahora alberga a nuestra paradeportista nacional.
Quedar embarazada y ser madre soltera le dieron más fuerzas. Noemí, quien camina por la vida con la firme convicción de que si uno quiere, puede cumplir sus sueños. “Cuando nació Rony dejé de lado un poco el deporte. Hice atletismo y básquet, pero decidí ser madre antes que todo”, nos cuenta dejando en claro que su hijo es la razón de su vida. “Nació y me preocupé mucho porque no quería que sufriera la misma enfermedad que yo. Lo llevé rigurosamente a sus vacunas, a sus controles hasta que me dijeran que era completamente sano”.
Los temores de Noemí eran innumerables, pues además de vivir y cuidar a su hermano que sufre de esquizofrenia, su discapacidad y ser mujer hicieron que se le cerrara más de una puerta a la hora de conseguir trabajo. “Incluso en muchos lugares me dijeron que no porque no tenían los accesos para movilizarme con la silla de ruedas. Decidí meterme de lleno en el trabajo de mamá. Vendemos sánguches de pollo y hamburguesas de 9 p.m. a 6 a.m. los fines de semana. Es un trabajo agotador, porque además cocino, veo las cosas de mi hijo y entreno cuatro veces a la semana para las competencias”. Su sonrisa de satisfacción borra cualquier cansancio, pues no es un detalle menor que llegar al gimnasio le toma una hora de viaje, solo en la ida, ya que va a ruedas (sobre su silla de ruedas). “Si puedo ahorrarme el sol treinta del colectivo, lo hago”, dice orgullosa.
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Familia de deportistas
Noemí recuerda que Rony no pudo estudiar en un colegio particular, ya que no le alcanzaba el dinero. Sin embargo, hoy está agradecida con la vida y con aquellas personas que hicieron posible que desde hace tres años su hijo tenga una educación distinta. “Él tiene talento para el fútbol. Habló conmigo gente de un club de Paucarpata y me dijeron que tenía condiciones, que podían apoyarnos dándole una beca en el Colegio Cristiano Shammah. Ahora estudia ahí, ya termina este año, y también entrena. Quiero que también vaya a la universidad, se inclina por las letras, pero que también se desarrolle en lo que es su pasión: la música. Canta hermoso”.
Noemí es una luchadora literalmente en su vida cotidiana. Aquella fuerza que requiere para practicar parapowerlifting también la emplea en el día a día. Es una candidata a llevar a lo más alto del podio la Bicolor en los Parapanamericanos Lima 2019, pero sin duda alguna ya está en lo más alto del corazón de quienes la rodean. Sobre todo de Rony y Guillermina con quienes celebrará el día de la madre.