resumen de la cita bíblica 1 Reyes capítulo 3 versículo 5 al 28
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
entre los reyes no habrá ninguno como tú en todos tus días.
14 Y si andas en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo tu padre David, yo alargaré tus días.
15 Y cuando Salomón despertó, vio que había sido un asueño. Y fue a Jerusalén y se presentó delante del arca del convenio de Jehová; y ofreció holocaustos e hizo ofrendas de paz, y también hizo banquete a todos sus siervos.
16 En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de él.
17 Y dijo una de ellas: ¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer vivimos en la misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa.
18 Y aconteció al tercer día después que yo di a luz, que esta dio a luz también, y estábamos juntas; ningún extraño estaba en casa, sino nosotras dos en la casa.
19 Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.
20 Y se levantó a medianoche, y tomó a mi hijo de junto a mí, mientras tu sierva estaba durmiendo, y lo puso a su lado, y puso a mi lado a su hijo muerto.
21 Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
22 Entonces la otra mujer dijo: No, mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No, tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey.
23 El rey entonces dijo: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.
24 Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada.
25 Enseguida el rey dijo: Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra.
26 Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! Dad a esta el niño vivo, y no lo matéis. Pero la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo.
27 Entonces el rey respondió y dijo: Dad a aquella el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre.
28 Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y atemieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.