resumen de esto porfavor
Imaginemos que tuviéramos que acomodar en una enorme biblioteca todos los libros que se han escrito hasta el momento: para ordenarlos, podríamos seguir distintos criterios de clasifica- ción. Podríamos acomodarlos, por ejemplo, por orden alfabético de los autores o de los nombres de los libros. También podríamos ordenarlos por la cantidad de páginas que tengan, o por la edito- rial, o por el formato. Podríamos agruparlos por el país en el que nacieron sus autores, o por el año en el que hayan sido escritos o publicados. Podríamos ordenarlos por el color de sus porta- das, o por algún otro criterio que se nos ocurra. Pero un texto no es necesariamente algo que está escrito. Las conversaciones familiares, por ejemplo, también son textos. ¿Por qué? Porque son un conjunto de palabras que están entrelaza- das entre sí respetando ciertas reglas y criterios. Y eso es un texto. Esté escrito o no. Entonces, si quisiéramos establecer un criterio que nos permi- ta acomodar todos los textos (tengan la forma de libro o no) en una “biblioteca” podríamos clasificar- los de acuerdo al género discursivo al que perte- nezca. Si tuviéramos todos los textos existentes para acomodar, podría hacerse una primera gran división entre los que pertenecen al ámbito de la Literatura y los que no. Claro que, para eso, es necesario definir qué se entiende por Literatura. Entre las muchas definiciones existentes, adopta- remos la del Diccionario de la Real Academia Espa- ñola que sostiene que la Literatura es el “arte que emplea como medio de expresión una lengua”. Por lo tanto, serán considerados como literarios aquellos enunciados que puedan ser considera- dos artísticos. Claro que esto genera otra proble- mática: ¿Cuáles son los enunciados que pueden ser considerados artísticos y cuáles no? ¿Cómo se define esto? La respuesta no es fácil, pero puede determinarse que serán literarios aquellos enun- ciados que sean considerados como tales por los receptores. No es el autor de un enunciado el que tiene el poder de determinar si hace o no arte con sus palabras; es el efecto que genera su obra la que la hace pertenecer o no al mundo de la Lite- ratura.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
También podríamos ordenarlos por la cantidad de páginas que tengan, o por la edito- rial, o por el formato. Podríamos ordenarlos por el color de sus porta- das, o por algún otro criterio que se nos ocurra. Las conversaciones familiares, por ejemplo, también son textos. Entonces, si quisiéramos establecer un criterio que nos permi- ta acomodar todos los textos en una «biblioteca» podríamos clasificar- los de acuerdo al género discursivo al que perte- nezca.
Si tuviéramos todos los textos existentes para acomodar, podría hacerse una primera gran división entre los que pertenecen al ámbito de la Literatura y los que no. Claro que, para eso, es necesario definir qué se entiende por Literatura. Entre las muchas definiciones existentes, adopta- remos la del Diccionario de la Real Academia Espa- ñola que sostiene que la Literatura es el «arte que emplea como medio de expresión una lengua». Por lo tanto, serán considerados como literarios aquellos enunciados que puedan ser considera- dos artísticos.
Explicación:
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