resumen de el pastor y la hija del sol
Respuestas a la pregunta
En las llanuras del valle de Yucay, un joven pastor cuidaba un rebaño de llamas
blancas. Eran animales sagrados. Los incas los elegían para sacrificarlos en
el templo del Sol. El pastor era un joven gallardo y hermoso. Tocaba la flauta y
sabía componer dulces melodías. Un día mientras estaba ensayando una de sus
melodías, oyó una voz:
Respuesta:
El pastor y la hija del Sol
La leyenda comúnmente conocida de El pastor y la hija del Sol pertenece a la colección de mitos y relatos quechuas compilados por Lara en Leyendas Quechuas: antología (1980). Esta leyenda en específico fue transcrita al español por un padre mercedario- Fray de Morúa- a fines del siglo XVI. En esta relato se cuenta la historia de amor entre un pastor de ganado destinado al sacrificio llamado Aqoyrapha y una “hija del Sol”: Chukillanto, una de las muchas mujeres a quienes el Inca enviaba a consagrar su vida al dios. Como las “hijas del Sol” debían mantenerse vírgenes y dedicadas al Sol, Chukillanto y Aqoyrapha sabían que era un amor imposible, sin embargo, en un momento determinado (ayudados por la madre del pastor) deciden consumar su amor, hasta las últimas consecuencias.
Es inevitable preguntarse: ¿cuál es el valor de las leyendas como género literario?. Principalmente, las leyendas son manifestaciones de la tradición oral basada o no en hechos históricos, por lo tanto, promueven costumbres, tradiciones y cosmovisiones de una cultura determinada (Zurita, 2013). En otras palabras, las leyendas (y también los mitos) forman parte del legado cultural de un grupo humano. En ellas coexisten acciones y personajes reales y fabulosos, emociones profundas e instantáneas, como el amor a primera vista que sienten Aqoyrapha y Chukillanto cuando se conocen. En este sentido y dada la carga cultural que pesan sobre las leyendas, el rol del mediado educativo es fundamental. Volveré sobre este tema más tarde.
En una primera lectura de El pastor y la hija del Sol salta a la vista un argumento conocido por la mayoría de los lectores: los jóvenes amantes trágicos. En la literatura, es un tema recurrente los jóvenes amantes que por diferentes razones no pueden estar juntos: Romeo y Julieta, Tristán e Isolda y más cercano a la literatura chilena tenemos a Calafate (leyenda de Tierra del fuego) o la leyenda del Copihue (mapuche). Lluch llama a esta repetición de argumento en la literatura motivo, pues posee “elementos básicos de carácter lógico o cronológico que los forman” (2003; p. 63). En El pastor y la hija de Sol, por ejemplo, ambos jóvenes tienen posiciones sociales muy diferentes: ella tiene el rango de una princesa mientras que él es un simple pastor. Pese a que saben que su amor es inviable dado que ella no debe estar con ningún hombre, buscan la forma de verse y cuando son descubiertos, viene el castigo terrible por su desobediencia:
(…)Cansados de caminar se asentaron encima de una peña y se adormecieron, y como oyesen gran ruido entre sueños, se levantaron, tomando ella una ojota en una mano, que la otra la tenía calzada en el pie, y mirando a la parte de Kalka el uno y el otro fueron convertidos en piedra (Lara, 1980; p.44)
Si bien ya se mencionó a grandes rasgos los personajes, hay uno que también es recurrente en el motivo literario que se está describiendo: la benefactora o la “ayudante” de los protagonistas (también mencionado por Lluch, 2003) que en el caso de la leyenda es la madre de Aqoyrapha. Ella, al saber del sufrimiento de su hijo, lo transforma en un bordón (una especie de vara alta) y se lo regala a Chukillanto cuando ella va en busca de su hijo porque no lo puede olvidar. Cuando ella regresa al palacio, las guardias la revisan y como no ven nada sospechoso en el bordón, la dejan pasar. Y así es como Aqoyrapha se reúne con Chukillanto.
Otro asunto que vale la pena ahondar es el sentimiento que mueve la acción (Lluch, 2003) o las intenciones de los personajes que los empujan en la narración, que en este caso es el amor. Es curioso el amor que demuestran ambos protagonistas que también es recurrente en la literatura: el tipo de amor instantáneo, a primera vista, pero tan profundo que lleva a los enamorados a acciones arriesgadas, como burlar la seguridad del palacio de oro en que vive Chukillanto.
En fin, las leyendas- como se mencionó al inicio, traen consigo una serie de ideologías y tradiciones que el mediador debe trabajar como puente/enlace que es entre la literatura y los lectores en potencia. En las leyendas este rol es delicado, puesto si ese enlace es débil o deficiente, podría herir las sensibilidades de algunos educandos en relación a su cultura. Ese es el consejo que doy si ustedes, profesores, quieren trabajar con leyendas latinoamericanas, como las quechuas, las aymará o las mapuche.
Finalmente quisiera mencionar que fue un descubrimiento dar con esta leyenda para este itinerario y darme cuenta de las similitudes con otras leyendas y relatos que había leído u oído antes, puesto que no había leído ninguna leyenda o mito sobre esta cultura. Creo que se deben trabajar en las escuelas relatos de otras culturas, en especial por el fácil acceso tanto a diversas fuentes como a personas de otras culturas