resumen cortó para una exposición del milagro de Jesús del ciego Bartimeo porfa gracias se los agradeceré bastante
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- Enviado por Alejandra Sosa el 28/10/2018 - 00:45
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- Era ciego, pero veía claramente.
- Sí, con los ojos del alma supo ver lo que podía significar el paso de Jesús en su vida, y gracias a esta claridad suya, reaccionó como nos lo cuenta el Evangelio que se proclama este domingo en Misa (ver Mc 10, 46-52), de un modo tan certero y oportuno, que bien puede convertirse en ejemplo del cual imitemos siete actitudes:
- 1. Este ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado pidiendo limosna cuando pasó por ahí Jesús con Sus discípulos y mucha gente; entonces “comenzó a gritar: ‘¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!’...” (Mc 10,47).
- Solicita misericordia a Aquel que es Misericordioso. Sabe que si Jesús pone Su mirada en él, verá su miseria, su necesidad, y se compadecerá, que no es sentir lástima, sino hacer propios los sufrimientos ajenos. Tiene toda su fe y su esperanza puesta en Él y no quedará defraudado.
- 2. "Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte" (Mc 10,48).
- Quizá algunos despreciaban a este hombre (recordemos que se pensaba que la enfermedad era causada por el pecado, así que quien padecía una discapacidad era tachado de pecador) y no lo creían digno de dirigirse al Maestro, o quizá les molestaban sus gritos. El caso es que pretenden callarlo pero él no se deja.
- Hoy en día también hay unos que desprecian y quieren callar al que demuestra públicamente su fe (¡guárdate tus creencias en privado, si se sabe serás criticado, ridiculizado, te llamarán mocho, retrógrada, ¡no te la vas a acabar!), y hay otros a los que incomoda y molesta lo que enseña la Iglesia y también quieren acallarla.
- Hay que aprender del ciego a no dejarse silenciar.
- 3. Jesús se detuvo y pidió que llamaran al ciego. Obedecieron diciéndole: "¡Ánimo! Levántate, porque Él te llama."(Mc 10,49).
- Tan animadoras palabras contrastan con los '¡¡ya cállate!!' que le acababan de endilgar. Tal vez las dijeron otros o los mismos se arrepintieron de haber querido silenciarlo, al ver que el propio Jesús lo consideraba digno de Su atención.
- En todo caso le hacen una invitación que sigue vigente para nosotros que a veces nos dejamos caer en el pesimismo, en la desesperanza ante situaciones que nos agobian y parecen imposibles de resolverse.¡Ánimo, levántate, Él te llama!, te llama a recuperar la paz, te llama a aprovechar Su gracia para sobreponerte a tus miserias, ¡ánimo, levántate!
- 4. El ciego "de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús" (Mc 10,50). Su respuesta no sólo es inmediata sino entusiasta. Se levanta de un brinco, con toda la fuerza que le da percibir que está a punto de tener el encuentro más significativo de toda su vida. No duda, no pone pretextos, no se toma su tiempo, no quiere perder ni un minuto.
- Qué bello responder así al llamado a Misa, a orar ante el Santísimo, a toda oportunidad de tener un encuentro personal con el Señor.
- 5. Cuando el ciego se le acerca, Jesús le pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti?"(Mc 10,51).
- Era obvio lo que este hombre necesitaba, ¿por qué la pregunta de Jesús? Porque Él nunca impone nada, ni siquiera una curación; se nota Su gran respeto por la libertad humana.
- Y también cabe pensar que desea que el ciego se cuestione y diga qué es lo que realmente quiere, porque qué tal si Jesús lo cura y el ex-ciego le sale con un reclamo: '¡ay, Señor!, ¿por qué me curaste?, yo estaba muy a gusto, sentado todo el día pidiendo limosna, no tenía que trabajar, todos me socorrían; ¡ya me amolaste!, ahora voy a tener que buscar chamba y además ver la cara de mi suegra todos los días!!'.
- La pregunta del Señor invita al ciego y a cada uno de nosotros a plantearse: ¿que quiero que haga por mi?, ¿realmente quiero salir de esta situación?, ¿realmente quiero que me sane ese rencor o estoy muy a gusto con mi odio, echándole la culpa de mis males a esa persona?, ¿de veras quiero superar ese defecto, ese hábito, ese pecado o quiero conservarlo porque creo que me sirve, me conviene o ya me acostumbré a él? Jesús lo puede todo, pero ¿quiero permitírselo?
- 6. El ciego responde: "Maestro, que pueda ver" (Mc 10,51). Y estas palabras, pronunciadas por quien no tenía buena la vista de los ojos pero sí la del alma, nos animan, a quienes quizá estamos en el caso opuesto, a pedir lo mismo pero en sentido espiritual. Que pueda ver, Maestro, Tu presencia amorosa en mi vida. Que pueda ver en los demás no a enemigos sino a hermanos. Que pueda ver, Maestro, por dónde quieres que camine.
- 7. Dice San Marcos que Jesús le dijo al ciego: "Vete, tu fe te ha salvado", y el ciego recuperó la vista pero no se fue, sino se puso a seguir a Jesús por el camino. Es que la claridad que ya tenía en el corazón se le subió a los ojos, y logró ver lo que intuía y no quedó decepcionado.
rossana386:
tu envíamelo todo como me lo enviaste largo yo saco un poco de todo eso ok
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