¿Respetar la opinión es lo mismo que estar de acuerdo argumento?
Respuestas a la pregunta
Todos somos producto de nuestra historia y de nuestras vivencias. Gracias a toda esa experiencia -buena y no tan buena- nos hemos formado un criterio, una vida virtuosa o viciosa y una manera de pensar, de reaccionar y de comportarnos. Mi historia es tan digna de ser respetada como la tuya y por mucho que estas se parezcan, siempre serán distintas porque tus capacidades y las mías son diferentes. Sencillamente, somos personas únicas e irrepetibles.
Claro, nuestra manera de pensar y, sobre todo, de actuar habla mucho de quiénes realmente somos, pero eso no le da el derecho a nadie a juzgarnos temerariamente. Todos podemos omitir nuestra opinión, me gusta o no me gusta, me cae o no me cae. Creo que las personas seríamos más felices y viviríamos aún más en paz y armonía si nos quedara claro esto, que cada cabeza es un mundo digno de ser respetado. Porque estamos hablando de personas simplemente son distintas.
La moral y la verdad son UNA, y vale la pena que nos formemos para conocerlas y defenderlas de una manera asertiva, sin agresión alguna y siempre desde el amor, la paz y la armonía, sabiendo que esa verdad nos supera y que tampoco nosotros somos dueños de ella. Por ejemplo, el aborto y todo aquello que atente contra la dignidad de la persona y las buenas costumbre o con los hábitos que convienen. Es sumamente importante que sepamos defender los valores de la vida, del matrimonio y de la familia y que hagamos entender a las personas que no piensan como nosotros que no es una necedad de nuestra parte el que no apoyemos ese tipo de comportamientos. Si antes de querer convencerles de que cambien de opinión les hacemos ver que primeramente lo que nos importa son sus personas, pienso que sería más fácil que nos escucharan.
Si estas personas se sienten juzgadas, sobajadas, agredidas hacia lo que ellos creen que es su derecho y, sobre todo, no amadas por nosotros difícilmente seremos escuchados.
Respeto lo que merece ser respetado
Esa pareja había terminado con la vida de su bebé en el vientre. Repito, no se trata de imponer nuestro criterio de una manera punitiva o de respetar ideas que en sí mismas no merece respeto alguno, pero si de considerar a la persona dueña de esas ideas distintas a las mías. En pocas palabras, siempre se debe respetar a la persona por el simple hecho de ser y de tener una dignidad. Es muy importante que cuando hablemos con una persona tomemos en cuenta su visión de la vida y de la realidad.
¿Hablamos de lo mismo?
Generalmente, cuando tocamos temas que tienen que ver con lo sentimental o con conceptos no tangibles como lo es el perdón, la justicia, la vida, etc. podemos caer en el engaño de que estamos hablando de lo mismo, pero no. Incluso podemos llegar a creer que como hay valores que son universales -el amor, la bondad, la justicia, etc.- si son universales son igual de valiosos para todos. O conceptos que para uno son de «sentido común» como lo es el valor de la vida, para otros tiene el mismo valor. Insisto, como persona vale y muchísimo porque ambos somos iguales en dignidad.
Y como yo reconozco la honorabilidad que posee y que la hace ser increíblemente valiosa, valdría la pena que, con mucha caridad y tacto, y, sobre todo, en un momento prudente le haga ver que su manera de pensar no está tan de acuerdo con esa maravillosa dignidad que posee. Tú opinión es válida, pero también lo es la mía. Necesitamos seguir esforzándonos en crecer en el amor y el respeto y comprender que las conjeturas que cada uno hagamos hablarán de lo que está llena nuestra historia y por eso mismo, digna de ser comprendida. Al contrario, al validarnos mutuamente y corregirnos con amor y prudencia cuando sea necesario habla del profundo respeto que sentimos uno por el otro.