reporte síntesis sobre los Caballeros del aire
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Respuesta:
La dificultad de contar con aviones de la guerra del '14 no le dio mucho vuelo a este subgénero bélico, limitación que vinculó de un modo irónico a dos de sus exponentes mas famosos: «El Crepusculo de las Aguilas» (The Blue Max), dirigida por John Guillermin en 1966, con un despliegue inédito de riesgosas escenas aéreas, tuvo un pequeño retraso en su rodaje que permitió que Roger Corman aproveche los mismos aviones durante unos pocos días para su film de bajo presupuesto «El Barón Rojo» (Von Richthofen and Brown).
En la era del cine digital supuestamente no hace falta tener aviones, ni pilotos que protagonicen escenas de riesgo. Todo puede generarse en una computadora, sólo que algo que pueda competir con los aviones reales de «Alas» o «El Barón Rojo» no es tan sencillo. Por eso una película como ésta no deja de ser una apuesta interesante, especialmente cuando tanto los productores como el director y los técnicos plantean el proyecto desde la alta definición, al estilo de George Lucas y su última trilogía de «La guerra de las galaxias».
Justamente, lo más respetable de «Caballeros del Aire» es esta contradicción de intentar filmar una película de guerra anticuada que sólo puede cobrar vida a través de la más moderna tecnología digital. La historia real del Escuadrón Lafayette, que agrupó a pilotos voluntarios estadounidenses antes de que los Estados Unidos se pronunciencontra Alemania, no puede aportar mucha originalidad. Sin embargo, lo logra al principio, con todo lo que tiene que ver con el entrenamiento de los aviadores.
Luego, nadie se esforzó demasiado en el aspecto humano de la película, algo entendible dado el desafío técnico relacionado con la acción. En este sentido, hay que reconocer que los efectos especiales resultan convincentes, salvo en algunos planos generales exageradísimos. La verdad es que, aun conociendo los datos técnicos de la producción, en sus mejores momentos «Caballeros del Aire» se parece a esas viejas películas de guerra que, más allá de cualquier tecnología o efectos especiales, siempre dependerán de gente como Jean Reno.
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