remoto reino de Shu, y son hombres, hombres que saben transformarse en tigres; de ahí que los lugareños de la subprefectura de Donggao, perteneciente a la prefectura llamado Salvajes, fabriquen grandes jaulas de madera para capturarlos. En una ocasión en que una de estas trampas saltó, al llegar el alba e ir en grupo, pertrechados de estacas, a ver qué habia caido, lo que hallaron en el medio de la jaula fue un guardián del orden bien sentado, con su birrete granate y su gran sombrero. - ¿Qué está haciendo ahi metido su señoría?-le preguntaron--¿Que qué estoy haciendo aqui metido?-respondió airado- Ayer , pero está claro que fue un error. Vamos, que están esperando para dejarme salir! –S.., pero, si andaba su señoria de servicio, alguna orden oficial habrá, ¿verdad El guardián del orden les alcanzó un documento que lleva bien guardado en un bolsillo interior, lo dejaron salir y, en cuanto levantaron la vista del documento, lo vieron ya tigre huyendo monte adentro. No obstante, otra alusión a los chu existente en cierto libro sostiene que no son hombres sino tigres, (tigres que saben metamorfosearse en hombres, que sienten preferencia por la ropa de color malva y que carecen de talón). Según dicha obra, (toc tigre con cinco dedos es chu sin excepción) a. ¿En donde se desarrolla la historia? Resalta las palabras o frases que te dan esta información. b. ¿Cuáles elementos de la leyenda son reales? Menciónalos c. ¿Hay elementos fantásticos en la anterior leyenda? ¿Cuáles son?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los chu habitan por la zona que hay entre el río Amarillo y el Han. Descienden del jefe Bing, el patriarca de las tribus Miao del remoto reino de Shu, y son hombres, hombres que saben transformarse en tigres; de ahí que los lugareños de la subprefectura de Donggao, perteneciente a la prefectura llamada Salvajes, fabriquen grandes jaulas de madera para capturarlos.
En una ocasión en que una de estas trampas saltó, al llegar el alba e ir en grupo, pertrechados de estacas, a ver qué había caído, lo que hallaron en el medio de la jaula fue un guardián del orden bien sentado, con su birrete granate y su gran sombrero.
–¿Qué está haciendo ahí metido su señoría? –le preguntaron–.
–¿Que qué estoy haciendo aquí metido? –respondió airado–. Ayer noche me llamaron por un caso urgente y, como estaba lloviendo, me vine aquí creyendo que podría refugiarme, pero está claro que fue un error. ¡Vamos, que están esperando para dejarme salir!
–Sí…, pero…, si andaba su señoría de servicio, alguna orden oficial habrá, ¿verdad?
Explicación:
de nada cuesta coronita