Religiosidad Popular es el conjunto de manifestaciones de la fe selladas
por Dios dentro de un pueblo con una determinada cultura. Los agentes
pastorales realizaron y siguen realizando sus labores dando las
orientaciones necesarias con el fin de resaltar las prácticas de la
religiosidad popular a partir de sus valores para recobrar el sentido original
de las costumbres regionales. Entre manifestaciones populares de fe po- demos mencionar: persignarse, santiguarse, agua bendita, procesiones,
veladas, rosario, promesas, misas de honra, etc.
Las manifestaciones de piedad popular son muy diversas, de carácter comunitario e individual; entre ellas se
encuentra: el culto a Cristo paciente y muerto la devoción al Sagrado Corazón diversas devociones a la
Santísima Virgen María, el culto a los Santos y a los difuntos, las procesiones, los novenarios, los sacramentos,
las promesas, etc.
La piedad popular presenta aspectos positivos como: sentido de lo sagrado y trascendente; disponibilidad a la
Palabra de Dios; marcada piedad mariana; capacidad para rezar; sentido de amistad, caridad y unión familiar;
capacidad para sufrir y reparar; resignación cristiana en situaciones irremediables; desprendimiento de lo
material.
Pero también presenta aspectos negativos: falta de sentido de pertenencia a la Iglesia; desvinculación entre fe
y vida; el hecho de que no conduce a la recepción de los sacramentos; valoración exagerada del culto a los
santos con detrimento del conocimiento de Jesucristo y su misterio (muchos fervientes católicos endiosan a la
Virgen María); idea deformada de Dios; concepto utilitario de ciertas formas de piedad; inclinación, en algunos
lugares, al sincretismo religioso; infiltración del espiritismo y, en algunos casos, de prácticas religiosas del
Oriente.
Con mucha frecuencia se ha suprimido formas de piedad popular sin razones valederas o sin sustituirlas por
algo mejor. (Puebla 910-915)
La gran parte de la vida de los pueblos depende de la religiosidad popular, porque nos identifica con Jesús
cercano, que sufre, que escucha, que nos salva y nos vemos identificados con Él, en las veladas, en las
procesiones..., las mismas que deben integrarse a nuevas expresiones de oración, las ofrendas y otros símbolos
como las que se ven en el campo.
La religiosidad popular, en su conjunto, puede ser una forma comunitaria de resistencia frente a la cultura
dominante (individualismo, consumo, neoliberalismo…), y así la fe popular encuentra su espacio propicio para
su crecimiento.
La fe de nuestro pueblo es sensible, emocional no es abstracta ni racional. Su fe brota de la misma vivencia real
del hombre y es vinculada con la expresión de símbolos, cuentos, mitos, creencias, sueños…De alguna manera
todo podría a ayudar a crecer en la fe auténtica
El agua bendita además purifica nuestra alma y protege del mal. El acto de persignarse en cualquier momento
(un entierro, pasar por una Iglesia, entrar en ella, etc.) es un signo que nos identifica como cristianos, nos
protege y al mismo tiempo es sentir que Dios está con nosotros.
Juan Pablo II ha hablado en diversas ocasiones de la Religiosidad Popular, de sus valores y teorías, de ese
carácter suyo de ser la encarnación cultural de la fe.
Pero quizá lo más interesante del Papa es su preocupación y su enseñanza en torno a la relación fe- cultura.
Ante todo, lo que dice en su carta de creación del Consejo Pontificio para la cultura: “La síntesis entre cultura y
fe no sólo es una exigencia de la cultura sino de la fe. Una fe que no se hace cultura, es una fe no plenamente
acogida, no totalmente pensada, ni fielmente vivida”. 1.- DESPUÉS DE HABER LEÍDO TU FICHA INFORMATIVA ELABORA UN ESQUEMA
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Amen .................
RJELCAMPE2020:
me la puedes resober
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