Relato de intriga, please para hoyyyy!!
Respuestas a la pregunta
El linyera.
Era un día primaveral. El linyera llegó a la plaza luego de un largo recorrido en busca de botellas, y se sentó, como de costumbre, mirando hacia la avenida. Abrió la bandolera de cuero agrietado (rescatada de un basurero), sacó el libro de puntas retorcidas y cruzando las piernas huesudas retomó la lectura que había dejado en suspenso.
La plaza comenzó a poblarse, pero el bullicio parecía no existir en el mundo de aquel lector sumergido en su mar de letras, hasta que un estruendo paralizó a las almas y las llamó a silencio.
¡Una grave colisión entre un motociclista y una camioneta!
Inmediatamente después del susto, los visitantes de la plaza y los ocasionales transeúntes se agolparon alrededor de la tragedia, a excepción de nuestro lector que, a pesar de haber sido alterado por la explosión, permanecía inmóvil en su banco.
Un joven se acercó hasta él y le preguntó sobre lo sucedido, y como quien hace una parada, se sentó a su lado. El hombre simplemente respondió que desconocía los detalles del accidente.
Llegaron las ambulancias. El motociclista aún estaba con vida, aunque en estado de inconsciencia. El conductor de la camioneta, ileso, pero en shock.
Las autoridades policiales buscaban información a través de los presentes. Todas las versiones eran distintas.
El joven permanecía junto al linyera escuchando las conjeturas de los más cercanos. No había testigos que aportaran datos concretos y se mostraba molesto ante la posibilidad de que no se llegara a la verdad, como en tantos casos similares.
Respuesta:
perame falta texto
Explicación:
si te preguntas de dónde lo saco lo estoy buscando
Consternado, comentó al quiosquero que había sido testigo indirecto de aquella tragedia.
¡Era el rostro de aquel joven sentado a su lado en la plaza!
¿Tantos años de vivencias callejeras, devorando páginas, con ruido en las tripas estarían pasando la factura? ¿Era tiempo del desquicio? Cómo distinguir entre fantasía y realidad, entre perturbación y verdad. Gracias al divague no muere en la víspera quien anda a la deriva.
Comenzó a vaciar la arpillera y de entre las botellas cayó un papel doblado en varias partes. Cosa extraña, pero allí estaba. Lo abrió con recelo y en el interior decía:
“No hay esperanza de justicia. Me arrebataron la vida, ayer, en la avenida”.
Alma Leds.