Relato de ciencia ficción creado
Respuestas a la pregunta
“EL LÁPIZ”
Rodrigo, un pequeño niño vivía en un pueblito lejano a la ciudad. Ro, no conocía nada sobre computadoras, celulares, o aquellas cosas llamadas videojuegos, para él la única diversión era pintar con sus lápices de colores pero su parte favorita era trazar con ayuda de su mejor amigo: el lápiz. Señor Lápiz era muy especial para Ro, más o menos representaba su vida y un día sucedió algo impresionante…
Pasaba la media noche cuando algún brillo en el cielo acompañado de un estruendo cosa que con sobresalto despertó a Ro.
El niño quedó perplejo ante aquel bello acontecimiento: una estrella fugaz pasaba por encima de su casa. Por un instante no supo qué hacer ni qué deseo pedir, sin embargo pensó qué cosa podría ser perfecta: que Señor Lápiz cobrara vida.
Espero un par de horas viendo si su deseo se cumplía, al no notar ningún resultado se quedó dormido.
Entre sueños él escuchaba una pequeña vocecilla que le llamaba por su nombre, después un gran grito retumbó en su oído y…
-¡Ahh! ¡¿Pero qué…?! ¿E-e-eres tú… Señor Lápiz?
Con un gran entusiasmo Ro abrazó a Señor Lápiz y comenzaron a charlar sobre todo lo que harían juntos. Para ambos fue una sorpresa que, todo aquello que trazaban cobraba vida.
Un día, Ro le hizo una gran pregunta a Señor Lápiz.
-Oye, ¿qué pasaría si dibujamos un mundo mejor?
Pasaron los días, no sabía cómo comenzar, y cuando iniciaba a dibujar un edificio, Señor Lápiz quedó partido por la mitad. Llorando, Ro trató de pegarlo pero fue imposible. Por la noche, mientras Rodrigo dormía unos seres extraños se lo llevaron en una nave. Espantado el niño gritaba, pero entre sollozos se quedó dormido.
Al despertar, notó algo extraño: demasiadas luces, carros voladores… Exacto, el futuro. Al principio la emoción lo invadió pero recordó lo que le había pasado a Señor Lápiz. Y ¡boom! Se le prendió el foco. Estando en el futuro tenía que haber una solución para reparar a su amigo.
Buscó, leyó, observó pero nada. No encontró manera de que Señor Lápiz regresara…
Desolado, fue cerca de un lago. Llorando se preguntaba qué haría sin su amigo, qué haría en ese lugar sólo. Y… ¿recuerdan aquellos seres extraños? Bueno, entre ellos había un pequeño que apareció de la nada. Y sin más le dijo:
-Noté desde que los de la comunidad te trajeron llorabas, pero no supe por qué. ¿Qué pasa?
-¡¿QUÉ COSA ERES?!
-No busco explicación, porque dicen que no la hay. Soy Emi.
-Bien… Pues… Un gran amigo, un lápiz. Señor Lápiz cobró vida después de que pedí un deseo a la gran estrella fugaz, pero no sé qué pasó. Se rompió…
-¡Hey! Ese no es problema, puedo ayudarte. O bueno, sé quién puede hacerlo.
Caminaron por callejones, avenidas, pasaron un parque y llegaron. Un edificio viejo, muy viejo, de hecho, abandonado. Andando por la penumbra entre ratas. Un gato. El nuevo amigo de Ro buscaba un gato.
-Marciana, ¿dónde estás?
-Emi, ¿qué hay de nuevo?
-Un amigo, necesita de tu ayuda.
-¿Los gatos hablan?- preguntó Ro.
-No entiendo que te sorprende, tu lápiz también lo hacía.-respondió Emi.
-¿En qué puedo ayudarte, Ro?- preguntó Marciana.
-Mi mejor amigo, Señor Lápiz se rompió.
-No es problema para mí. Bien, espera…- Buscó y buscó entre las cajas, y ahí salió. Un líquido azul de consistencia pegajosa.- ¡Anda, tómatelo! Eso arreglará todo.
¡Y bang! Rodrigo despertó.
-¿Qué pasa amigo? Tuviste un mal sueño, ¿cierto?
-¡Señor Lápiz! Creí que... Oh. Tengo que contarte tanto…
Y así, fue como Rodrigo se dio cuenta de que, ¡já! ¡Fue un sueño! Y siguieron haciendo dibujos sin parar.
YO LO HICE, ESPERO Y TE GUSTE (: