Relate por escrito el golpe de Estado de 1823
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Respuesta:
El golpe de Estado de Primo de Rivera tuvo lugar en España entre el 13 y el 15 de septiembre de 1923 y estuvo encabezado por el entonces Capitán General de Cataluña Miguel Primo de Rivera. Tuvo como consecuencia la instauración de la Dictadura de Primo de Rivera gracias sobre todo a que el rey Alfonso XIII no se opuso al golpe y nombró al general sublevado Jefe del Gobierno al frente de un Directorio militar.
Francesc Cambó, líder de la Lliga Regionalista.
Según el historiador israelí Shlomo Ben Ami, "es en Cataluña donde hay que buscar los orígenes inmediatos del golpe de Primo de Rivera. Fue allí donde la burguesía creó la atmósfera histérica que rodeó a Primo de Rivera con la aureola de «salvador» y colocó su rebelión, como hizo notar un observador contemporáneo, en el contexto general de la reacción antibolchevique que había alcanzado también a otros países europeos. Cambó, auténtico representante de la alta burguesía catalana, «el teórico de la dictadura española», como lo llamó Maurín, expuso crudamente el anhelo y la responsabilidad de su clase por la dictadura:[…] «Una sociedad en la cual la avalancha demagógica [sindicalista] pone en grave peligro ideales e intereses se resignará a todo con tal de sentirse amparada…» […] Esto no significa, sin embargo, que hubiera un peligro real de revolución social en vísperas del golpe de Primo de Rivera".1
El 14 de marzo de 1922 el general Primo de Rivera fue nombrado capitán general de Cataluña, decisión que fue bien acogida por la burguesía catalana debido a la fama que le precedía de ser un defensor del «orden». Según explicó más tarde el propio Primo de Rivera, fue durante su destino como capitán general de Valencia en 1920 cuando le «aterrorizó» el radicalismo de la clase obrera («de matiz comunista revolucionario») y tomó conciencia de «la necesidad de intervenir en la política española por procedimientos distintos a los habituales».2 Una de las primeras muestras de su política de orden fue el apoyo que prestó a las protestas de las organizaciones patronales catalanas a causa de la decisión del gobierno de José Sánchez Guerra de destituir en octubre de 1922 al gobernador civil de Barcelona, el general Severiano Martínez Anido, que se había distinguido por su benevolencia hacia el pistolerismo patronal y por la aplicación de medidas brutales para intentar acabar con la conflictividad obrera y la violencia anarcosindicalista que venía asolando Barcelona y su área industrial desde el estallido de la Huelga de la Canadiense de 1919.3
Manuel García Prieto, presidente del gobierno desde diciembre de 1922
La percepción de la patronal catalana del Fomento del Trabajo Nacional de que la destitución de Martínez Anido había sido un error se vio confirmada por el incremento del pistolerismo anarquista que se produjo en los primeros meses de 1923 —de un centenar de atentados en 1922 se pasó a ochocientos de enero a septiembre de 1923; y en Barcelona hubo 34 muertos y 76 heridos, la mayoría de ellos durante la huelga del transporte de mayo-junio—4 y que se vio acompañado por una revitalización de la conflictividad obrera. Primo de Rivera supo responder a esas inquietudes con su defensa de la «ley y el orden» frente a la «debilidad» del nuevo gobierno de Manuel García Prieto, que había sustituido al de Sánchez Guerra a principios de diciembre de 1922, que fue «denunciada» por la prensa conservadora barcelonesa, incluida La Veu de Catalunya, el órgano de la Lliga Regionalista de Francesc Cambó.5
La popularidad de Primo de Rivera entre las clases altas y la clases medias catalanas alcanzó su cénit con motivo de su intervención en defensa de «la ley y el orden» durante la huelga general del transporte de Barcelona de mayo y junio de 1923 que había comenzado a causa de la negativa de la patronal de respetar la fiesta del Uno de mayo y que Primo de Rivera calificó como «claramente revolucionaria».6 El alineamiento de la burguesía catalana con Primo de Rivera frente al gobernador civil Francisco Barber se pudo comprobar el 6 de junio durante el entierro del subcabo del Somatén José Franquesa, asesinado pocas horas antes, cuando Primo fue aclamado como el salvador de Cataluña mientras que el gobernador civil era insultado como «representante del Único».7 Más tarde, recordando aquellos acontecimientos, Primo de Rivera escribió
Explicación:
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