relación entre los obreros y el radicalismo
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Respuesta:
La relación entre el Estado y el movimiento obrero (1916 - 1955)
En 1916 el radicalismo se había convertido en un partido de masas, la ley Sáenz Peña de 1912 que estableció el voto secreto y obligatorio abrió un campo mayor para la participación de sectores marginados por el sistema político dominante. en las primeras elecciones después de sancionada esta ley, el principal partido de la oposición, la U.C.R., obtenía la primera magistratura en manos de Hipólito Yrigoyen. en la primera presidencia, su objetivo más importante fue el manejo de la clase obrera con el fin de ganar sus votos y minar la posición del Partido Socialista. Esta estrategia tuvo ciertos resultados en las huelgas marítimas de 1916 y 1917, pero no tuvo éxito en las huelgas ferroviarias de 1917 y 1918. Este vínculo de Yrigoyen con los sindicatos y las huelgas son el ejemplo de la creciente importancia política de la clase obrera a comienzos del siglo XX. La relación entre el Estado y el movimiento obrero comenzaba a ser un tema priorizado por los gobernantes de turno.
En 1915 la FORA, (Federación Obrera Regional Argentina), proclamó la neutralidad ideológica y admitió la pluralidad de tendencias en su interior, entre ellas se destacaban el sindicalismo revolucionario y los socialistas. La debilidad y fortaleza de los movimientos obreros se relacionaba con la situación económica del momento. Suele considerarse que esta período de la historia de la clase obrera fue homogéneo y que en él privó el movimiento “anarcosindicalista”. Sin embargo, había entre el anarquismo y el “sindicalismo” gran diferencia.
Hugo del Campo establece un paralelismo entre las corrientes ideológicas del movimiento obrero y la caracterización del Estado durante ese período. Al período entre 1916 y 1930, le otorga un carácter populista-liberal; en esta etapa, la actitud del Estado frente al movimiento obrero cambió considerablemente. El radicalismo debió diferenciarse con el régimen oligárquico haciendo gala de una mayor sensibilidad social. Yrigoyen concebía al Estado como árbitro de los problemas sociales, con una inclinación humanitaria y paternalista hacia los sectores menos favorecidos. El triunfo de la Revolución Rusa y el estallido de movimientos similares en países europeos, hacían pensar a vastos sectores de la clase obrera que la hora de la revolución mundial había llegado.