Biología, pregunta formulada por nyanezvalenzuela, hace 1 año

Relacion entre la parathormona y la osteoporosis

Respuestas a la pregunta

Contestado por emeli777
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Respuesta:RESUMEN

La osteoporosis es una enfermedad sistémica caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la arquitectura microscópica del hueso, que lleva a un incremento de la fragilidad del mismo y al consecuente aumento de la susceptibilidad para fracturas óseas. Su elevada y creciente prevalencia a nivel mundial la han convertido en una epidemia silenciosa. Son numerosos los factores de riesgo relacionados con ella. Entre estos, los estilos de vida y la nutrición ocupan un lugar importante en su prevención y tratamiento.  Están involucrados varios nutrientes de forma más o menos importante: el calcio y el fósforo, la vitamina D, las proteínas de la dieta, el consumo de alcohol y cafeína, etc. Las recomendaciones acerca de alimentación, nutrición y estilos de vida en el paciente con osteoporosis son similares a las de otras enfermedades crónicas de manera que es muy importante recomendar el incremento en la ingestión de calcio pero además  sería apropiado lograr la restricción en el consumo de sal, de proteínas de origen animal, alcohol y cafeína así como el incremento de la actividad física, la exposición a la luz solar y el mantenimiento de un peso corporal adecuado. Palabras clave: Alimentación, nutrición, prevención, estilos de vida.

INTRODUCCIÓN

La osteoporosis es una enfermedad metabólica caracterizada por una disminución de la calidad del hueso secundaria a una alteración del equilibrio entre formación y resorción ósea. Existe, en la misma, una reducción tanto de la matriz proteica como mineral a la vez que se dan varias alteraciones en la microestructura del hueso todo lo que aumenta el riesgo de rotura del mismo. Puede ser primaria (involutiva, senil o idiopática) o secundaria a diversas enfermedades. El interés de esta enfermedad radica en la obvia elevación del riesgo de fracturas relacionado con la reducción de la densidad mineral ósea (1).  

Por su alta prevalencia y la elevada mortalidad asociada a sus complicaciones así como por el marcado impacto negativo que tiene sobre la calidad de vida y los elevados costos sanitarios y sociales que implica es considerada un importante y creciente problema de salud pública. Se le ha denominado “la epidemia silenciosa del siglo XXI” y dado el envejecimiento demográfico que padece el mundo actual es un problema en progresión y constituye la principal causa de fracturas óseas en mujeres posmenopáusicas y en ancianos (2).

Son muchos los factores involucrados en su etiopatogenia, entre los más importantes se encuentran los nutricionales, la genética del individuo, los antecedentes familiares, el sexo y el nivel hormonal, la menopausia precoz y los estilos de vida no saludables, especialmente el sedentarismo.  

Es claro según las evidencias disponibles que resulta más eficiente prevenir el problema que tratar sus consecuencias; los conocimientos acerca de la genética de la enfermedad así lo demuestran. Se ha relacionado el pico de masa ósea con distintos genes siendo uno de los más conocidos el genotipo del receptor de la vitamina D aceptándose que la genética explicaría alrededor del 80% de la varianza en la masa ósea (3-4).  

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