Reflexionemos • Te invitamos a reflexionar a partir de las siguientes preguntas: ¿Qué es lo más importante que consideras haber realizado en esta actividad?, ¿por qué lo consideras así? ¿Qué aprendí hoy con esta actividad de evaluación?, ¿qué se me hizo fácil y difícil a la hora de reconocer mis aprendizajes en estas dos semanas?, ¿por qué? ¿Qué me comprometo hacer para seguir con mis estudios a pesar de las dificultades?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
EI trabajo llama la atención sobre algunos de los principales problemas que puede presentar la práctica de la evaluación en la escuela: el énfasis en los aprendizajes más superficiales y de menor nivel, la ilusión totalizante, el imposible diagnóstico como paso previo a toda enseñanza, el esencialismo, el error tomado como anormalidad, el papel etiquetador de la nota, la instrumentalización engañosa, el crecimiento desmesurado de la acción evaluadora como juicio y sentencia. Frente a estas peligrosas deformaciones, se propone una evaluación como ayuda para seguir aprendiendo, incorporada a la actividad normal de una escuela rica en experiencias formativas. Una evaluación abierta y flexible, realizada a partir de los procesos y productos cotidianos en el aula de clases. Tablas y gráficos pueden sustituir con provecho a las calificaciones. Las fichas de registro, el portafolio, el seguimiento atento del docente, son mecanismos para ir acompañando y sosteniendo el aprendizaje infantil. La autoevaluación y la coevaluación resultan parte importante del proceso. La evaluación debe estar complementada con medidas de apoyo, dirigidas a facilitar a los aprendices la superación de sus insuficiencias.