reflexión sobre la inseguridad ciudadana.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La inseguridad ciudadana es percibida hoy en día como el principal problema de nuestra sociedad. El Gobierno de la República ha afirmado que la lucha contra este flagelo será su prioridad en los meses venideros, por lo que enviará un paquete de leyes en materia de seguridad a la Asamblea Legislativa. Sectores de la sociedad han organizado una amplia campaña publicitaria, para exigir nuestro derecho a vivir en paz. Incluso se presentó una solicitud al Tribunal Supremo de Elecciones, a efectos de que convoque a un referéndum ciudadano para aprobar nuevas y más severas leyes penales.
Un fenómeno real. En medio de este clima de agitación, la nueva Ministra de Seguridad Pública comenzó sus labores con un paso en falso, afirmando que la percepción ciudadana sobre la inseguridad no corresponde a la realidad objetiva, pues nuestro país es de los más seguros de América Latina. El sol nunca se ha tapado con un dedo, y si bien otros países están peor que el nuestro, no puede negarse que en Costa Rica vivimos hoy peor que ayer. Los bajonazos y asaltos a viviendas son cosa de todos los días, hablar por celular puede costarnos la vida, delincuentes reincidentes con causas pendientes andan campantes por nuestras calles, mientras la gente honrada, atemorizada, vive encerrada detrás de rejas y de alambres navaja. Así pues, el clamor ciudadano por más seguridad no es el fruto de un sentimiento subjetivo, sino el resultado de un fenómeno real y tangible. Ante ello se impone una respuesta vigorosa e inmediata.
Primero lo primero. Para combatir la delincuencia de manera eficaz y eficiente es necesario identificar sus causas, para poder atacarlas luego desde su raíz. La criminalidad es un fenómeno complejo, que obedece a una multiplicidad de factores, los cuales varían en función del tipo de delincuencia: un joven marginado no delinque por las mismas razones que un político corrupto. Así pues, la prudencia aconseja realizar ese estudio y análisis, con seriedad y profundidad, como paso previo a la elaboración de las políticas que se adoptarán en la materia.
De la respuesta penal. Sin lugar a dudas, parte de la solución al problema de la criminalidad pasa por una reforma de la ley penal, que puede y debe mejorarse. No se trata, sin embargo, de proponer más y más fuerte castigo, pues esa es una salida simplista, “satisfacción de papel para la opinión pública”, si me permiten parafrasear a Jean Carbonnier. No, la reforma debe tener como objetivos principales: a) Asegurar que los delitos y contravenciones no queden sin una respuesta cierta y adecuada, es decir, procurar la eficacia y eficiencia del sistema, pues la impunidad fomenta la delincuencia; b) Garantizar una adecuada protección de víctimas y testigos, frente a posibles represalias o amenazas del acusado; c) Mejorar y adaptar a la realidad actual los criterios que justifican la imposición de la prisión preventiva; d) Modernizar nuestra legislación penal para combatir el crimen organizado y el narcotráfico, que pretenden clavar sus garras en lo profundo de nuestro terruño. Desde luego, estas medidas deben estar acompañadas de la correspondiente dotación de recursos económicos, que permitirán a la Policía y al Poder Judicial cumplir sus labores con mayor holgura.
De las otras instancias. Aceptada la necesidad y conveniencia de la reforma penal, es necesario advertir que la misma no basta para solucionar el problema de la criminalidad. Para ello se requiere también el esfuerzo conjunto de otras instancias estatales y sociales, para disminuir la pobreza y el desempleo, mejorar la educación, combatir la violencia intrafamiliar y regular adecuadamente la inmigración. Además, a cada uno de nosotros nos corresponde una cuota de responsabilidad en la lucha contra la delincuencia, pues ésta pasa también por una educación sólida en valores, cívicos y familiares, sin los cuales toda civilización está destinada a la decadencia; así como por la construcción de una sociedad justa, donde todas las personas tengan igualdad de oportunidades, sin importar cual sea su apellido o el colegio en que estudiaron. De cierta manera, en cada joven que opta por el camino de la delincuencia se encuentra una manifestación de nuestro fracaso, individual y colectivo, por lograr una sociedad justa y equitativa. Así pues, exijamos al Gobierno nuestro derecho a vivir en paz, pero hagamos también nuestro aporte personal para convertir ese ideal en una realidad.
Respuesta:
a)Operativos de seguridad
b)Implementaron de cámaras de seguridad
c)Implementaron de puestos de seguridad permanente
d)Implementar proyectos de seguridad ciudadana
Explicación:
Espero haberte ayudado :)