Castellano, pregunta formulada por ncruz4084, hace 16 horas

reflexion del editorial desafio para las universidades​

Respuestas a la pregunta

Contestado por valeriamar1219
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Respuesta:

Recién hemos iniciado la segunda década de un nuevo siglo. Vivimos en una sociedad

de alcance global, caracterizada por constantes cambios. Es evidente que las

tendencias innovadoras que hoy día se observan en la educación superior no pueden

sustraerse de la influencia de los dos fenómenos que más inciden en su desempeño: la

globalización y la emergencia de las sociedades del conocimiento. Ambos han merecido

amplias reflexiones de parte de los especialistas de diversas disciplinas, por lo que me

limitaré a analizar su impacto en la educación superior actual y del futuro.

Como respuesta a los retos que estas manifestaciones plantean a la educación

terciaria, están en marcha, en casi todas las regiones del mundo, procesos de

transformación universitaria cada vez más profundos, que persiguen que la institución

que llamamos “la Universidad” supere los nuevos retos y sobreviva, manteniendo

incólume lo que ha sido hasta ahora su propia esencia. Así lo vislumbró la “Declaración

Mundial sobre la Educación Superior para el Siglo XXI”, aprobada en París en 1998,

cuando señaló que para responder a tales desafíos, las universidades debían

emprender “la reforma más radical que jamás antes hayan enfrentado”.

La globalización es un proceso pluridimensional, estimulado por el acelerado adelanto

tecnológico de la informática y las comunicaciones. Sin embargo, la globalización

económica y financiera es la que arrastra a todas las demás dimensiones y se

caracteriza por ser asimétrica: la economía global no ha conducido a la formación de

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una verdadera sociedad global donde sus beneficios sean equitativamente distribuidos,

sino a una creciente desigualdad entre las naciones y al interior de ellas.

Frente a esta situación, ninguna otra entidad está mejor constituida como la Universidad

para enfrentar este reto civilizatorio, nos advirtió el recordado Rector P. Xabier

Gorostiaga, S.J. Entonces, el primer desafío que la Universidad del siglo XXI debe

arrostrar es asumir críticamente la globalización, hacerla objeto de sus reflexiones e

investigaciones, e introducir el estudio de su compleja problemática como un eje

transversal de todos sus programas.

Sin embargo, hay que reconocer que la globalización no es per se enteramente buena

ni mala. Depende de cómo las naciones se insertan en ella. Y es aquí donde la

educación superior puede desempeñar un papel clave en la generación de las

condiciones que permitan una inserción favorable. La globalización ofrece nuevas

oportunidades para los países que saben aprovecharla; en cambio, profundiza y amplía

las desigualdades económicas, financieras y científico-tecnológicas para las naciones

incapaces de sacarle provecho. La pertinencia, calidad y equidad de los sistemas

educativos, y particularmente del nivel superior determina, en muy buena medida, el

lugar que cada país ocupa en el nuevo contexto internacional y sus posibilidades de

lograr una inserción beneficiosa.

Para que la educación superior desempeñe ese rol tan importante requiere de

innovaciones profundas, que hagan temblar los cimientos de nuestros sistemas

educativos, tan ligados a la tradición. Y esas innovaciones no pueden seguir siendo

puramente episódicas: deben consistir en un proceso permanente y contínuo.

Explicación:

Espero te sirva

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