reflexión acerca de la relación entre la actividad física y la
buena salud.
Respuestas a la pregunta
si uno hace una buena actividad física su salud puede mejorar pero si la actividad física es en exceso puede perjudicar la salud
Respuesta:1.- Actividad física y estilo de vida.
De los estudios realizados hasta nuestros días ha quedado suficientemente
demostrado como la realización de actividad física desarrolla de acuerdo a unos criterios de
tipo, duración, intensidad, frecuencia y progresión (Amercian College of Sports Medicine, 1990;
Heyward, 1996), y adaptada a las posibilidades del individuo, mejora la salud de la persona y
ayuda al tratamiento de enfermedades como la obesidad, la aterosclerosis y las enfermedades
cardiovasculares, la hipertensión, algunas enfermedades respiratorias, la diabetes no insulino
dependiente, el cáncer, las enfermedades reumatoides y otras (Bouchard y cols, 1990;
Bouchard y cols, 1994; D´Amours, 1988). Ello se debe, en gran medida, al conjunto de
adaptaciones morfo-funcionales que se producen en el organismo como consecuencia de la
práctica cotidiana de ejercicio físico. Estas adaptaciones definen el nivel de condición física de
la persona, siendo éste un ámbito de estudio bastante consolidado, al menos en el adulto. Pero
por el contrario, no está explicado adecuadamente las relaciones causales que subyacen al
beneficio en la salud psico-social, fundamentalmente, como indica Sánchez Bañuelos (1996),
por no existir un marco conceptual y teórico de investigación en este ámbito. En cualquier caso,
nadie duda en afirmar la necesidad de incluir la práctica de actividad física en el estilo de vida
de la persona, para dotar a la misma de la máxima calidad posible.
Todo lo que podemos hacer es tener presente que cada ser debe realizar esfuerzos importantes constantemente, en cada etapa de su vida, durante las estaciones del año y en cada generación, tiene que luchar por sobrevivir y sufrir una gran y figurada “auto-micro-destrucción”.
Cuando reflexionamos sobre esta lucha, podemos convencernos que la guerra con la naturaleza no es incesante, que no se siente miedo, que la muerte está generalmente pronta y que el vigoroso, saludable, y feliz individuo sobrevive y finalmente se multiplica”.
Esta frase inicial de Charles Darwin en el origen de las especies [1] , nos sirve para dar entrada a la necesidad de quizás replantearnos, reflexionar, aceptar y finalmente trasladar (en un proceso educativo que genere modificaciones socio-culturales) que el sedentarismo no es aceptable desde una perspectiva antropológica ni biológica.
El sedentarismo es, sin lugar a duda, una negativa “novedad” en nuestro resultado evolutivo. En toda la historia evolutiva, posiblemente jamás el hombre ha cubierto sus necesidades con menos esfuerzo.
Explicación: