Psicología, pregunta formulada por tobisosa118, hace 3 meses

reflexion acerca de la contrapublicidad de las mujeres​

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Contestado por sofhiatixta
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Respuesta:

Explicación:En los años cincuenta, una gran gama de lavadoras, aspiradoras, secadoras o

tostadoras poblaba el imaginario mediático y el confort se convertía en el eje alrededor del

que giraba la actividad fabril. Pero el consumo de masas significaba, sobre todo,

homogeneidad. La compra de muchos de los productos estandarizados que se

comercializaban por entonces ya eran de necesario cumplimiento para no quedar fuera de esa

naciente clase media consumidora.

Es entonces, pasada la Segunda Guerra Mundial, cuando parece que la nueva colección

de objetos de consumo tiene hasta su propia dimensión lingüística: «El consumo entra en un

orden general de las significaciones en el que las dimensiones simbólicas tienden a recurrir y

totalizar cualquier práctica adquisitiva», explica Luis Enrique Alonso (Alonso, 2006). Pero

pronto el vertiginoso ritmo de renovación de los productos y su calculada obsolescencia

satura la comunicación de alusiones comerciales: «En la Enciclopedia, el hombre pudo ofrecer

un cuadro completo de los objetos prácticos y técnicos de que estaba rodeado. Después se

rompió el equilibrio: los objetos cotidianos (no hablo de máquinas) proliferan, las necesidades

se multiplican, la producción acelera su nacimiento y su muerte, nos falta un vocabulario para

nombrarlos», diría Baudrillard a finales de los sesenta (Baudrillard, 1968).

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