Reescribe el siguiente texto analizante convirtiéndolo en sintetizante. El problema consiste en que siempre ha sido extremada-mente difícil predecir cuando uno va a hacer erupción. En Centroamérica, las tribus indígenas que vivieron al lado de estas bestias algunas veces trataron de complacerlas lanzando jovencitas dentro de sus ebullentes cráteres. Los colonizadores españoles, temiendo que los fosos humeantes fueran entradas al infierno, erigían cruces en sus cimas para espantar al diablo. Pero hoy día, con el ecoturismo de aventuras liderando el boom turístico centroamericano, los volcanes -exóticos, escénicos y un tanto peligrosos- vuelven a ganarse el amor del hombre. La ciencia moderna nos dice que la culpa es de las placas tectónicas, el desplazamiento continuo de grandes áreas de tierra sobre el núcleo al rojo vivo del planeta. Y no de los demonios. algunas veces trataron de complacerlas lanzando jovencitas dentro de sus ebullentes cráteres. Los colonizadores españoles, temiendo que los fosos humeantes fueran entradas al infierno, erigían cruces en sus cimas para espantar al diablo. Pero hoy día, con el ecoturismo de aventuras liderando el boom turístico centroamericano, los volcanes -exóticos, escénicos y un tanto peligrosos- vuelven a ganarse el amor del hombre. La ciencia moderna nos dice que la culpa es de las placas tectónicas, el desplazamiento continuo de grandes áreas de tierra sobre el núcleo al rojo vivo del planeta. Y no de los demonios.
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Reescribe el siguiente texto analizante convirtiéndolo en sintetizante. El problema consiste en que siempre ha sido extremada-mente difícil predecir cuando uno va a hacer erupción. En Centroamérica, las tribus indígenas que vivieron al lado de estas bestias algunas veces trataron de complacerlas lanzando jovencitas dentro de sus ebullentes cráteres. Los colonizadores españoles, temiendo que los fosos humeantes fueran entradas al infierno, erigían cruces en sus cimas para espantar al diablo. Pero hoy día, con el ecoturismo de aventuras liderando el boom turístico centroamericano, los volcanes -exóticos, escénicos y un tanto peligrosos- vuelven a ganarse el amor del hombre. La ciencia moderna nos dice que la culpa es de las placas tectónicas, el desplazamiento continuo de grandes áreas de tierra sobre el núcleo al rojo vivo del planeta. Y no de los demonios. algunas veces trataron de complacerlas lanzando jovencitas dentro de sus ebullentes cráteres. Los colonizadores españoles, temiendo que los fosos humeantes fueran entradas al infierno, erigían cruces en sus cimas para espantar al diablo. Pero hoy día, con el ecoturismo de aventuras liderando el boom turístico centroamericano, los volcanes -exóticos, escénicos y un tanto peligrosos- vuelven a ganarse el amor del hombre. La ciencia moderna nos dice que la culpa es de las placas tectónicas, el desplazamiento continuo de grandes áreas de tierra sobre el núcleo al rojo vivo del planeta. Y no de los demonios.
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