Ciencias Sociales, pregunta formulada por evemedel19, hace 1 año

 Redactar un texto narrativo ( mínimo una carilla) que contengan las siguientes palabras:
Nosotros, ustedes, conmigo, vos, nuestro, tuyas, suyos, esos, aquellos, nunca, jamás, bastante, quienes, cuyas, cuántos, cuándo.
me pueden ayudar :( lengua realmente es

Respuestas a la pregunta

Contestado por dsofy28
9

Respuesta:

Okay

Explicación:

En las lejanas praderas del oeste de América, cuyas hierbas doradas por el sol crecían frondosamente al rededor de los troncos de los árboles más altos, una simpática pareja de lechuzas revoloteaba por encima de aquellos parajes tan apreciados por ellos.

Ambos amigos gustaban de la fresca brisa, y al volar, parecía que suyos eran los montes que surcaban con bastante ligereza, pues jamás se vería a ninguna otra ave por esos hermosos y pintorescos paisajes que deslumbrara cual aguas cristalinas en tranquilo estanque, como aquellos amigos flotantes.

Y no se ha hablado todavía de su plumaje, el cual lucían con singular galanura, ¿cuándo alguien podría apreciar tanta blancura en un par de aves?

Ni nosotros los terrenales ni ustedes los astros podrían imaginarse nunca la pintura que retrataban ambos compañeros de viaje al posarse sobre alguna rama alzada a buena altura del suelo luciendo sus plumas suaves y perfiladas.

Tal parecía que esos animales tan deslumbrantes eran los más amados del lugar, pero lo que no sabían, es que se ocultaba en medio de los arbustos y raíces torcidas un feroz zorro que moría de envidia al ver a ese par surcando los cielos mientras que él permanecía atado al piso de pasto.

Pero no era ni lo bello de su volar, ni lo placentero de su aspecto lo que le hacía temblar de ira, sino el amor que los tiernos compañeritos se profesaban. Entonces una envidia devoradora le crecía en un pecho.

Llegó un día, como cualquier otro 'feliz', en las vidas de los agraciados animalitos, en que desprevenidos, mientras paseaban por los verdes pastos, el zorro aventóse a ellos con hambre de asesino y devoró a uno de de varios mordiscos, y ya iba por el segundo animal, cuando este alcanzó vuelo y salió huyendo de ahí.

Entonces la pobre avecilla, deteniéndose y posándose sobre un tronco hueco le gritó llorando: ¡Ingrato! vos has matado a mi querido amigo, ¿por qué lo habéis hecho?

A lo que el zorro respondió: Tuyas son las dichas de los cielos, pero mías las desgracias de la tierra inmunda, debéis agradecido estar, pues ese enorme madero en el que te has reguardado te ha salvado la vida, ahora tendrás que sufrir la soledad que yo he padecido desde hace siempre.

Y entonces el zorro se fue corriendo a la penumbra de los bosques.

La lechuza se quedó desconsolada, cuántos buenos momentos había pasado con su hermano de alas.

En estos pensamientos reflexionaba cuando de repente sintió un viento tan fuerte como nunca había experimentado, era una nubecilla que sobre él se posaba y entonces comprendió que su querido compañero se había vuelto parte de la naturaleza y que siempre lo cuidaría.

¡Nuestro es el paisaje de la pradera y conmigo os preservaré en mi vuelo!, exclamó la lechuza y entonces, suyos por siempre fueron los lazos de amistad que sembraron en vida.

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