realize un mapa donde se explique la difusión del canto gregoriano entre Europa Asia y África
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Explicación:
Este curso de Historia de la música no se propone que conozcas una lista de estilos, vidas de compositores y obras de obligado conocimiento. Pretende en primer lugar ayudarte a desarrollar una comprensión global de los factores (económicos, tecnológicos, sociales, etc.) que han incidido en la evolución y desarrollo de la música occidental desde que tenemos conocimiento de ella.
Para empezar a recorrer este camino, en esta Introducción discutiremos algunos conceptos generales que nos servirán para plantear las preguntas que nos ayudarán a enfocar el papel que ha jugado la música a lo largo de los últimos mil años. Las discusiones previas nos servirán para plantear una primera división de la Historia de la música occidental en tres grandes edades que nos servirá de guía y estructura para el curso.
La música como cultura
Desde el punto de vista de su estudio, la música es un "sonido" inserto en una sociedad mediante un conjunto de "conductas" y de "ideas".
Desde el punto de vista de su estudio, la música es un «sonido» inserto en una sociedad mediante un conjunto de «conductas» y de «ideas».
La consideración de la música como cultura -es decir, como un elemento más del tejido de códigos culturales y sociales que configuran el modo en el que nos relacionamos con nuestro entorno- constituye el principal -y revolucionario- cambio de perspectiva producido en el ámbito de la etnomusicología durante el siglo XX.
Hasta los años 60 aproximadamente, siguiendo la inercia de la musicología histórica, la etnomusicología tradicional había puesto el énfasis en el estudio de la “materia” musical de los distintos pueblos: los ritmos, las escalas, los instrumentos, las formas musicales, etc.
En su obra The Anthropology of Music (1964), el etnomusicólogo Alan P. Merriam sostuvo que esta materia musical (sound) constituye sólo una faceta de la música. Para Merriam la música es un fenómeno que no puede ser descrito únicamente desde el sonido, sino que requiere también el estudio de las conductas que lo acompañan (behaviour) y de las ideas (ideas) que se generan en torno a la música.
Es decir, la música tiene lugar por lo general en forma de un acto social (conductas) cuyos actores actúan según ciertas normas (no son las mismas las de la Ópera de París en 1880 que las de una rave party o las de unas procesiones de Semana Santa en Sevilla).
Por otro lado, la música no es un fenómeno ideológicamente neutro, sino que suele insertarse en un sistema de valores (ideas) y concepciones (no es el mismo el que rodeó al jazz en los años 40, que el que sustentó el canto gregoriano en la Edad Media o el que hace posible año tras año la canción del verano).
Desde el punto de vista del estudio de la Historia de la Música, todas estas consideraciones concernientes con la imbricación de la música en la cultura nos servirán para darnos cuenta de que la música no es un ente autónomo cuya evolución responda únicamente a sus propias reglas o a los mandatos del arte, sino que dicha evolución constituye un componente y un reflejo más de las transformaciones que tienen lugar en la sociedad, que es la que en última instancia determina su sentido y su vigencia.
Una antropología de la música en cuatro vídeos
La música puede ejercer un extraordinario poder aún careciendo de originalidad o valor estético, pues normalmente forma parte de un entramado social o comunicativo más complejo. Nos engañaríamos si creyésemos que la universalidad de la música que postula el vídeo Música, emociones y neurociencia se refiere a las «grandes obras de arte» pues, como vemos en el último de los vídeos, la capacidad de la música para «mover» las emociones parece depender más del hecho de poder «participar» en ella que de su complejidad u originalidad.
La música expresa sensaciones e ideas, pero al contrario que las artes literarias o visuales, la música -por su carácter abstracto- necesita de oyentes que sean capaces de expresarlas mediante el lenguaje, por banales que sean, pues solo de ese modo adquieren valor cultural. Con frecuencia, algunas manifestaciones musicales han sido consideradas dañinas o inmorales (Pitágoras, Platón, Al-Farabí, etc., enseñaron ya sobre ello) y lo han seguido haciendo hasta nuestros días, como muestra el vídeo de los Sex pistols.