Castellano, pregunta formulada por valeskitahguisell, hace 9 meses

realizar un texto con las palabras
- Respingada
-Petrificar
-Picardia
-Acechar
-Canalla
-Guiñar
-Deleite
-Beatitud

valeskitahguisell: con una foto

valeskitahguisell: o escribela aquí

Alainperez: no puedo subir foto

Alainperez: y texto es muy largo

Alainperez: Solían contarme la historia de aquella bruja, que solía vivir en nuestro pueblo hace muchos años. Era una mujer alta, robusta, de nariz respingada que solía encerrarse todo el día en su casa, pero que a la noche rondaba las calles del pueblo buscando quien sabe qué. Aquella bruja tenía una mirada distinta a los demás, se le notaba a simple vista la picardía. Los rumores de ese entonces, me decían, giraban en torno a ella.

Alainperez: . Se decía que se alimentaba de almas de niños, ya que para se la veía volver por las madrugadas con una sonrisa de beatitud y como muy bien se sabe hasta hoy, las brujas buscan mantenerse jóvenes y enérgicas. Ella era así.

Alainperez: Tanto me contaron esa historia, tanto me hablaron de esa bruja, que un día decidí investigar más sobre el tema. Me dejé acechar completamente por la intriga de saber todo sobre aquel mundo. Llegué al punto de ubicar donde se reunían las tan intrigantes mujeres y me animé a visitarlas.

Alainperez: El día decidido empaque algunas cosas primordiales, entre ellas mi brújula, y me dispuse a recorrer camino. Salí bien temprano en la mañana para que mi madre no se diera cuenta de mi falta. Eran varios kilómetros desde mi casa, pero lo suficientes para aguantar caminando. Cuando llegue al lugar, pensé que no había nadie, había una casa súper abandonada. Pensé en darme la vuelta, en huir, pero mi interés era gigante.

Alainperez: Me acerqué a la puerta y toqué. Note que me miraban desde una de las ventanas. Pensé que alguien vendría a abrir. De repente la ventana se abrió y escuché una voz muy ruidosa y chirriante que decía “¡CANALLA!”. Me quedé inmóvil, pero no por el grito, sino más bien por la imagen que me visualizaba desde allí arriba. Era una mujer como de dos metros de altura, robusta y con una nariz respingada. Me quedé absorto. No lo podía creer

Alainperez: La mujer me gritó un poco más pero luego la vi guiñar un ojo y yo ya no sabía que hacer. Pensé en si huir pero parecía que me comenzaba a petrificar y aquella mujer ya estaba por abrir la puerta. Al parecer era la única allí y lo que le esperaba era un gran deleite…