REALIZAR UN RESUMEN DE LA MEDICINA PRECOLOMBINA
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Al escribir la Historia de la Anestesia en Colombia me preguntaba: cuándo comienza su Historia? Acaso con las primeras anestesias con éter o cloroformo, allá por la mitad del siglo XIX? o, quizá, con la fundación de la Sociedad o con la creación de las primeras escuelas de enseñanza? O, si nos vamos más atrás, en los comienzos de los tiempos cuando los chamanes y brujos de nuestros antepasados indígenas descubrieron el poder anestésico y estimulante de la coca; o los poderes mágicos del yagé o el yopo, o el tabaco; o el efecto mágico del curare que paraliza la caza pero no la envenena? Siempre he creído que estos últimos marcan el inicio de nuestra historia, no solo porque de ahí salieron drogas tan importantes para el desarrollo de la anestesia como la cocaína o el curare, sino porque marcaron un principio de acción en el manejo de muy diversas situaciones que nos llegan muy de cerca, pues con muchas de esas drogas mágicas y maravillosas se manipulaba la mente, en el buen sentido de la palabra, se controlaban las sensaciones vulgares como el hambre, la fatiga y se dosificaba la dosis conveniente para cada cual, ya que no era la misma para el chamán, el depositario de la verdad y de la sabiduría y, por lo tanto, responsable de la felicidad y del bienestar de su pueblo, que hoy llamaríamos “clientela“, y en esto estaba involucrada la salud, con el control del dolor, de la depresión, de la angustia. Todos los pueblos del mundo, y los nuestros no podían ser la excepción, tuvieron, usaron y usan esas drogas mágicas que hoy denominan alucinógenos o psicoestimulantes, con verdadera maestría en su administración y dosificación por siglos y siglos sin problemas de adición o de toxicidad, hasta que llegó nuestra omnipotente “Sociedad de Consumo” que las comercializó, las envileció, enviciando y convirtiendo en adictos a generaciones de jóvenes de estos mal llamados “países desarrollados”, por lo que una vez satanizadas hay que erradicarlas de su habitat natural y romper toda una larga tradición cultural y religiosa.