Historia, pregunta formulada por Onlyyouhange, hace 1 mes

Realiza una reflexión sobre el cambio de sentido que se le dio al emblemático 12 DE OCTUBRE, antiguamente identificado como el “Día de la Raza”, HOY entendido como el “Día del respeto a la Diversidad Cultural” ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por samychavezloor
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Respuesta:

Resumen

Este trabajo indaga en los orígenes del hispanoamericanismo en Argentina en torno

al año 1910. Será abordado, en primer lugar, como el discurso de un movimiento cultural

que buscaba la construcción de un espacio intelectual compartido, pero a su vez, como una

operación de ruptura con la generación anterior.

Durante el siglo XIX, España había sido vista por los hombres de letras argentinos

como un país rezagado y de cuyo legado había que apartarse. A la independencia política

debía seguirle la cultural. España era aquel país en los límites de la civilización, que no

había alcanzado un progreso y un orden político al nivel de otros países europeos.

Asimismo, América era la tierra de la barbarie, donde la naturaleza aún dominaba al

hombre. Había que civilizar, para lo cual era necesario implantar las costumbres de otros

pueblos, esto es, de la Europa del progreso. España, por su letargo, quedaba en los

márgenes de aquella Europa ilustrada e industrial.

Sin embargo, en la primera década del siglo XX se produce un giro hispanófilo en

Argentina. Varias fueron las circunstancias que tuvieron lugar para que eso sucediera. El

modernismo sentó las bases de una comunidad letrada al hacer que por primera vez

circularan ideas y saberes entre las repúblicas hispanohablantes, y más tarde, España. Un

lenguaje y una literatura comunes fueron la condición para que apareciera el

hispanoamericanismo. Pero es con el intervencionismo de los Estados Unidos que el

movimiento comienza a delimitar sus rasgos. La amenaza militar, pero más aún la de ser

absorbidos culturalmente por la nueva potencia, acelera el ritmo de su gestación.

En segundo lugar, el hispanoamericanismo era una construcción en respuesta a la

supuesta superioridad de los pueblos anglosajones, más precisamente, los Estados Unidos.

Ante las teorías degeneracionistas, se reivindicaba la pertenencia a una raza de raíz hispana

que no se definía según las categorías científicas. Pertenecer a la raza era compartir una

dimensión de sentidos que daba forma a una modalidad de ser. Las características físicas

no eran tenidas en cuenta, ya que la raza no hallaba su principio en ninguna instancia

material.

El hispanoamericanismo argentino nunca fue un programa político debido a que

sus proyecciones era múltiples, tanto de izquierdas como de derechas. Su apertura fue su

fuerza, al menos durante sus comienzos. Sus fronteras porosas hicieron posible que se integraran Francia, Portugal o Brasil. El latinismo impulsado desde París no fue su rival,

sino una alternativa. En cambio, el panamericanismo fue el enemigo contra el cual se fue

forjando.

El Centenario fue el momento de reflexión sobre la identidad de la Nación

Argentina. El primer nacionalismo intentó dar con un origen hispano que sería fundante de

la nacionalidad. España era entonces entendida como la matriz de una cultura propia que

debía ser salvaguardada del implacable proceso de modernización que el país había

iniciado. No obstante, esa afirmación de esa raíz hispana no era exclusiva de los

nacionalistas. En el corpus de esta investigación se indagan autores socialistas o

anarquistas, como así también hispanófobos nacionalistas.

El hispanoamericanismo no solamente tuvo su emergencia paralelamente a la

construcción de una identidad argentina, sino que ensayó una articulación con ésta. El mito

de la raza desbordaba los confines de la nación y se expandía continentalmente.

Identificarse con ésta exigía una doble lealtad, hacia la nación y hacia la comunidad

hispanoamericana. Así, la identidad nacional quedaba ligada al tronco hispano.

Esta tesis se estructura en cuatro partes con sus respectivos capítulos. En la primera

el surgimiento del intelectual como condición de la formación de un campo cultural

hispanoamericano. En cuanto a la segunda, se abordan los intercambios entre los

intelectuales argentinos y españoles que fueron determinantes en el tejido de un espacio de

ideas entre ambos. La tercera se centra en la búsqueda de una identidad para la Nación

Argentina y las tensiones entre la modernización y la tradición. Finalmente, en la cuarta

parte se estudia la raza como mito nacional y supranancional.

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