Castellano, pregunta formulada por ii5003636, hace 11 meses

realiza un monologo de Micaela Bastidas

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Contestado por marlonnovoa15238
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Explicación:

“Ya no tengo paciencia para aguantar todo esto – Micaela Bastidas”: Género en la era borbónica y participación de la mujer en la Independencia del Perú

El presente artículo tiene por fin exponer un breve análisis sobre las principales protagonistas del proceso emancipador del Perú, tomando en cuenta los antecedentes políticos y sociales, y presentar un balance con respecto a la formación de la naciente república peruana. Primero, se enunciarán las características de la situación social y política de la mujer durante el Perú del siglo XVIII, incidiendo en las consecuencias de las reformas borbónicas; segundo, se analizarán distintos personajes relevantes en la Gran Rebelión de 1780; y en tercer lugar, se revisará la participación femenina en el proceso de independencia desde la primera intención separatista (Tacna – 1811) hasta la Batalla de Ayacucho. En esta última parte, se usará brevemente un enfoque comparado con respecto a los demás Estados latinoamericanos que, a la par que el Perú, buscaban la separación de España.

La femineidad en la era borbónica

Como primera anécdota introductoria, tenemos que tras el devastador terremoto y tsunami que destruyó gran parte de Lima y El Callao, se vivía en un clima de anarquía, de desobediencias y de histeria religiosa. Distintos representantes de la Iglesia Católica, por su parte, argumentaron que el terremoto fue un castigo divino por no considerar a los pobres, la avaricia y la lujuria, donde también se culpa a la vanidad y la indecencia de las damas, con vestidos escandalosos; según Scarlett O’Phelan en su texto “La moda francesa y el terremoto de 1746”. Sale un decreto del gobierno para reglamentar la ropa de las mujeres, haciendo que se impida vestir la moda francesa con sus escotes y la desnudez del brazo. Inclusive, se llegó a amenazar con la excomunión (en la época, una práctica muerte civil) a los “mozuelos afeminados” que no bailaban como era debido y que usaban ropa de mujer, así como las mujeres que no se cubrían cuando montaban a caballo (O’Phelan, 2007). Gracias a la influencia francesa producto del cambio dinástico, la moda francesa se fue introduciendo en España y el Perú, donde se daba mayor énfasis a pronunciados escotes, el uso de joyas y a dejarse ver los zapatos; asuntos que eran considerados de mal gusto en el siglo XVII. Este decreto no tuvo mayor relevancia, en parte, porque la Ilustración limitaba el accionar de la Iglesia, y porque se buscaban explicaciones racionales para los fenómenos naturales.

Las mujeres que no cumplían con su rol dentro de la sociedad colonial eran un peligro tanto para la Iglesia como el Estado. Uno se casaba según su jerarquía y calidad, superando los temas de orden étnico. Esta igualdad suponía que los esposos tengan las mismas virtudes y objetivos de vida, siendo las parejas armoniosas. En el código de honor había conductas diferenciadas para el hombre y la mujer, se esperaba que la mujer llegara virgen al matrimonio, mientras los varones no requerían esto. Se esperaba que la mujer sea fiel, mas no el hombre, inclusive llegando a la viudez. Cumplir estas normas suponía honor para la familia, donde en caso de una hija que pierde la virtud, su padre y hermanos presionan a su pretendiente para que se case con ella. Este honor va con privilegios económicos y sociales, y en el siglo XVIII, empieza a reemplazar el honor de cuna, siendo las mujeres las responsables de que funcione el honoren la familia. Esto es sumamente polémico con la palabra de matrimonio, que es el compromiso para casarse a futuro, siendo esto desobedecido en numerosos casos. Ascender socialmente mediante el matrimonio, donde un rico o rica se casa con un plebeyo o plebeya, es ampliamente cuestionado, y para el siglo XVIII, uno ya no presta tanta atención a los títulos de nobleza sino al dinero de los comerciantes y mineros. Los matrimonios desiguales son llevados inclusive a los documentos judiciales, buscándose la homogeneidad de la pareja. Sin embargo, el factor económico echaba por tierra numerosas pretensiones normativas con respecto a la mujer. Según Margarita Zegarra, la estrechez de los espacios públicos y la necesidad de ir a trabajar, que es imperiosa en los sectores populares, chocaba directamente con la idea del recato que supuestamente debían guardar las damas. Además, el texto relata ciertas conductas femeninas que sustentaban el orden de género imperante, o lo desafiaban. Por un lado, era común que las mujeres pongan de manifiesto su condición de casada, recluida en su casa y por tanto, pía; en los documentos judiciales como base para que le crean en los testimonios.

espero que te sirva

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