realiza un mapa mental de Las cartas del Nuevo Testamento Leer • primera de corintios 1, 17-31 y responde las siguientes preguntas: ¿en qué consiste la sabiduría de Dios? ¿por qué la cruz es un escándalo y una necedad? ¿por qué Dios elige a los pequeños y despreciado para realizar su obra? • Romanos 8, 18 - 27 y responde las siguientes preguntas ¿Qué relación hay entre la esperanza cristiana y la creación ¿ ¿cómo actúa el espíritu en nosotros para ayudarnos en la oración? ¿en qué consiste la esperanza cristiana?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Queridos hermanos y hermanas:
en la experiencia personal de san Pablo hay un dato incontrovertible: mientras al principio había sido un perseguidor y había utilizado la violencia contra los cristianos, desde el momento de su conversión en el Camino de Damasco, se había pasado a la parte de Cristo crucificado, haciendo de Él la razón de su vida y el motivo de su predicación. La suya fue una existencia enteramente consumida por las almas (cfr 2 Cor 12,15), para nada tranquila y resguardada de insidias y dificultades. En el encuentro con Jesús se había aclarado el significado central de la Cruz: había comprendido que Jesús había muerto y resucitado por todos y por él mismo. Ambas cosas eran importantes; la universalidad: Jesús había muerto realmente por todos, y la subjetividad: Él ha muerto también por mí. En la Cruz, por tanto, se había manifestado el amor gratuito y misericordioso de Dios. Este amor Pablo lo experimentó ante todo en sí mismo (cfr Gal 2,20) y de pecador se convirtió en creyente, de perseguidor en apóstol. Día tras día, en su nueva vida, experimentaba que la salvación era «gracia», que todo descendía del amor de Cristo y no de sus méritos, que por otro lado no existían. El «evangelio de la gracia» se convirtió así en la única forma de entender la Cruz, el criterio no sólo de su nueva existencia, sino también la respuesta a sus interlocutores. Entre estos estaban, ante todo, los judíos que ponían su esperanza en las obras y esperaban de estas la salvación; estaban también los griegos, que oponían su sabiduría humana a la cruz; finalmente, había ciertos grupos heréticos, que se habían formado su propia idea del cristianismo según su propio modelo de vida.
Explicación:
Queridos hermanos y hermanas:
en la experiencia personal de san Pablo hay un dato incontrovertible: mientras al principio había sido un perseguidor y había utilizado la violencia contra los cristianos, desde el momento de su conversión en el Camino de Damasco, se había pasado a la parte de Cristo crucificado, haciendo de Él la razón de su vida y el motivo de su predicación. La suya fue una existencia enteramente consumida por las almas (cfr 2 Cor 12,15), para nada tranquila y resguardada de insidias y dificultades. En el encuentro con Jesús se había aclarado el significado central de la Cruz: había comprendido que Jesús había muerto y resucitado por todos y por él mismo. Ambas cosas eran importantes; la universalidad: Jesús había muerto realmente por todos, y la subjetividad: Él ha muerto también por mí. En la Cruz, por tanto, se había manifestado el amor gratuito y misericordioso de Dios. Este amor Pablo lo experimentó ante todo en sí mismo (cfr Gal 2,20) y de pecador se convirtió en creyente, de perseguidor en apóstol. Día tras día, en su nueva vida, experimentaba que la salvación era «gracia», que todo descendía del amor de Cristo y no de sus méritos, que por otro lado no existían. El «evangelio de la gracia» se convirtió así en la única forma de entender la Cruz, el criterio no sólo de su nueva existencia, sino también la respuesta a sus interlocutores. Entre estos estaban, ante todo, los judíos que ponían su esperanza en las obras y esperaban de estas la salvación; estaban también los griegos, que oponían su sabiduría humana a la cruz; finalmente, había ciertos grupos heréticos, que se habían formado su propia idea del cristianismo según su propio modelo de vida.