realiza un diálogo imaginario entre un joven hippie y una persona integrante de la sociedad estadounidense tradicional en los años 60
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Al llegar la década de los sesenta, el joven airado de la década anterior, atormentado
en sus propias confusiones por su paso a la madurez, prepararía el camino a una
nueva generación dispuesta a enfrentarse a todo símbolo de autoridad y echarse a la
calle para mostrar su contrapoder. Sería la primera revolución juvenil de la historia.
Las nuevas costumbres juveniles librarían un combate abierto contra el
poder político imperante y los convencionalismos del orden moral burgués. Un
movimiento que ya no encabezarían los desheredados de la fortuna sino los hijos
privilegiados de las clases medias y los obreros ilustrados, tras un siglo de escuelas públicas. Sin duda, el efecto de la otra gran revolución, la francesa de 1789.
Es probable que todo ello se debiera principalmente a una minoría de jóvenes.
Así lo sostenía Amando de Miguel (1979:55-56)1 en su ensayo Los narcisos: el radicalismo cultural de los jóvenes, cuando se interpretaba el hecho generacional en términos de clase social: <<las generaciones de jóvenes tienen sentido si se refieren a personas de una equiparable cultura en una misma clase. Hablamos por eso de los estudiantes de tal país en tal fecha. Ése es un grupo cultural determinado. Si nos referimos a Estados Unidos tenemos que suponer que ese grupo se ofrece modélico para
una serie de cambios en las costumbres que van a ser aceptados con celeridad en la
réplica que se haga de ese grupo en otros países>>. Y de hecho así sucedería. Los
practicantes de ese radicalismo cultural serían una minoría. Su éxito consistiría en la
aceptación social de esos nuevos fenómenos, su asimilación por el resto de jóvenes
y poco después por un público mucho más amplio, hasta llegar a su trivialización.
Explicación: