Realiza tu propio guión con la historia de ARACNE
costas, por la púrpura, un extraño molusco que se criaba en sus playas.
Pero, ¿qué tenía de especial este molusco que todo el mundo en Lidia buscaba con afán?
Porque la verdad que si nos fijamos en la foto, su apariencia no es más que la de una
concha retorcida de color gris no muy atractiva, por cierto.
Lo que hacía tan especial a la púrpura era que dentro guardaba un auténtico tesoro: un
tinte carmesí de gran intensidad que confería a los tejidos teñidos por él gran valor. Reyes,
emperadores, princesas… eran capaces de viajar hasta Lidia y pagar grandes sumas de oro
por conseguir una tela teñida con este maravilloso pigmento.
Pues bien, en esta ciudad en la que el dinero corría en abundancia vivían Idmon el
tintorero y su hija Aracne.
Aracne era una doncella muy bella e inteligente que desde pequeña había destacado por
sus habilidades en el arte del manejo del telar. Las telas que salían de las manos
de Aracne eran tan perfectas que dejaban boquiabierta a la gente. Parecía como si sus
bordados fuesen a cobrar vida y salir de la tela en cualquier momento. Aracne era la mejor
tejedora de Lidia
Pero mientras crecía el respeto y la admiración que la gente profesaba a su trabajo,
también crecía la soberbia y la altanería en ella. Figuraos hasta tal qué punto se volvió
engreída que cuando la gente, haciéndole el mayor de los cumplidos, decidió proclamarla
digna discípula y sucesora de la diosa Atenea –patrona, entre otras muchísimas cosas, de las
hilanderas y bordadoras- ella rechazó tamaña distinción pues no quería deber su talento a
nadie.
¡Ella era la mejor tejedora que nunca hubo y
habrá en él mundo!
¡Mejor incluso que Atenea!
Cómo se le pudo ocurrir a la orgullosa Aracne decir semejante barbaridad. A nadie en su
sano juicio se le ocurría compararse con la Diosa y menos considerarse superior. Eso
solamente podía ser fruto de la soberbia que le había hecho perder el norte, que le había
vuelto loquita. Por supuesto, cuando Atenea escuchó estas palabras enrojeció de irá y
comenzó a bramar:
-Pero qué se habrá creído está muchacha-
¿Mejor que yo?
¿Mejor que una Diosa?
Ahora mismo le enseñaré yo, a esa tal Aracne a ser mas humilde.
Así que la diosa Atenea decidió dar un buen escarmiento a la engreída de Aracne. Para
ello se disfrazó de una ancianita de pelo blanco y se dirigió, ayudada por su bastón, al taller
de la joven. Una vez allí la diosa, sin decir nada, se pasó un buen rato contemplando las
telas para por fin preguntar a Aracne:
¿Los hecho tú? -Preguntó Atenea.
Por supuesto -respondió la joven con gran altaneríaNadie más en Lidia sería capaz de tejer semejante tela.
Yo soy, sin lugar a dudas, la mejor hilandera.
Oh, me sorprende, –continuó hablando la viejecita-.
Yo creía que semejantes telas solamente podrían salir
de manos de la diosa Atenea.
Por dios, yo tejo infinitamente mejor que la diosa.
Pero, muchacha, cómo se te ocurre decir eso.
¿No sabes que los dioses castigan severamente
a quienes les desprecian?
Yo no desprecio -cotinúo diciendo Aracne- me limito a decir la verdad.
Atenea a mi lado es una mera aprendiz…
Ay niña, niña… no enfades a Atenea,
que su enfado puede traerte consecuencias terribles…
¡Que se enfande!¡Que se ofenda!…
es más si yo tuviese
delante a Atenea le retaría, ahora
mismo, a una competición.
Aquellas palabras ya fueron demasiado. De repente las arrugas del rostro de la anciana
desaparecieron, su pelo se volvió oscuro y sus ojos recobraron el brillo de la juventud. Ante
los ojos de Aracne estaba una bellísima mujer de la que enseguida adivinó su identidad.
Eres Atenea, ¿verdad?
Por supuesto que soy Atenea. Y ahora que sabes mi verdadera identidad,
¿sigues teniendo el coraje y la osadía de proclamarte la mejor tejedora de Lidia?
No te equivoques, no tengo miedo, Atenea -le advirtió AracneSigo pensando lo mismo y ya que estás aquí por qué no competimos.
Estoy segura que mi tela será mucho mejor que la tuya.
Atenea le lanzó una desafiante mirada a Aracne y le dijo:
No dudo de tus destrezas con los hilos. Todos sabemos de tu gran habilidad…
pero eres demasido orgullosa, a veces uno debe saber escuchar a los demás…
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Explicación:
20minutos manda la foto que no le entendí muchos letra
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