Psicología, pregunta formulada por firoezca32322, hace 2 meses

realiza o elaboran una lista de aspectos
positivos de que las personas tengan diferentes perspectivas o formas de
ver las cosas....

Respuestas a la pregunta

Contestado por naraku95
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Respuesta:

Al cuidar de un ser querido cumples con un deber. Este concepto, central en nuestros valores culturales, es la razón No. 1 que expresan cientos de familiares entrevistadas. “Es mi deber”, dicen, como esposa, hijo, nieta, o ahijado. Es un tema que se repite invariablemente cuando se les hace la pregunta: ¿por qué has asumido la tarea de cuidado? Sin titubeos y más bien con sorpresa ante la pregunta, quienes cuidan responden hablando acerca del profundo sentido del deber y descartan el que sea una obligación impuesta. La satisfacción de un deber cumplido toma prioridad sobre cualquier otro aspecto positivo del cuidado.

El cuidado nos da la oportunidad de retribuir lo que hemos recibido. A pesar de ser una tarea llena de dificultades y retos, la labor de cuidado es la oportunidad que la vida no da para pagar en parte lo mucho que hemos recibido de quien cuidamos y de otras personas. Poder cuidar de quien ha cuidado de nosotros nos hace sentir parte del gran círculo de la vida.

Es un gran honor cuidar de alguien que depende de nosotros. Una persona irresponsable, descuidada, deshonesta y con poco que ofrecer a los demás y a sí misma no podría tener el privilegio de cuidar a alguien más. Aun si se es la única persona en la familia que puede asumir esta responsabilidad, para ella es un honor.

El cuidado de un ser amado le da significado a nuestras vidas. Nos sentimos útiles y bien con nosotros mismos. Saber que podemos llevar a cabo tareas que no puede hacer por sí misma la persona a quien cuidamos, nos hace sentir útiles y valiosos. La vida tiene más significado cuando recordamos que alguien depende de nosotros.

Hemos hecho sacrificios y con gusto volveríamos a hacerlos. Muchas cosas han cambiado desde que cuidamos de un ser querido en la familia, especialmente las cosas que ya no podemos hacer, ni comprar, ni disfrutar. Hemos sacrificado nuestro empleo, dinero, tiempo, oportunidades de socializar y muchas cosas más. Aun así, nos acompaña una paz profunda el hacerlo y saber que de poder volver atrás, sin tener que pensarlo, sacrificaríamos todo de nuevo por la persona que cuidamos. Estos sacrificios hacen parte de la satisfacción de un deber cumplido.

Nos sentimos importantes. Los cuidados que damos a nuestro ser querido contribuyen a su buena calidad de vida y a que puedan vivir en casa por el mayor tiempo posible. Somos una parte muy importante de su cuidado, aunque pocas personas nos pregunten cómo estamos y toda su atención se centre en la persona que cuidamos. Somos tan importantes que debemos aprender a cuidar de nosotros mismos sin sentirnos culpables.

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