realisemos una interprtacion del mito del oriente boliviano
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TRES MITOS DEL ORIENTE BOLIVIANO BIEN CONTADOS
septiembre 5, 2013 · de UPSABolivia · en Sociedad. ·
Si tus abuelos y abuelas, son -o fueron- cruceños nacidos y/o criados en la ciudad o la parte rural del departamento de Santa Cruz, es muy probable que hayás sido uno de tantos que ha crecido escuchando historias medio fantásticas sobre cosas que «no se saben» si son ciertas o no, y que no son explicables, que sucedían en el campo o las calles de la vieja Santa Cruz.
Los mitos, cuentos o leyendas propios de nuestra región son una muestra de nuestra rica cultura prevaleciendo al paso del tiempo. Probablemente conocés muchas historias o mitos, y ha habido tantas interpretaciones escritas, audiovisuales y orales que tal vez conozcás más de una versión de la misma historia. De eso se trata y en eso está la belleza de la mitología de un pueblo y de una identidad, cuya población y se transforma pero dejando aún así la esencia .
«Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Al conjunto de los mitos de una cultura se le denomina mitología. Cuanto mayor número de mitos y mayor complejidad tiene una mitología, mayor es el desarrollo de las creencias de una comunidad. La mitología sustenta la cosmovisión de un pueblo.» – (Wikipedia, sobre los mitos)
Escogimos tres mitos sobre los que seguramente has escuchado alguna vez, pero de los que no conocés la historia completa. Con esta breve lista de mitos queremos que tengás un vistazo a los tiempos de vida de pueblo pequeño, más aislado y con menos población de la ciudad rápida, tumultuosa, que recorremos hoy.
1.- El Guajojó
«Érase que se era una joven india tan bella como graciosa, hija del cacique de cierta tribu que moraba en un claro de la selva. Amaba y era amada de un mozo de la misma tribu, apuesto y valiente, pero acaso más tierno de corazón de lo que cumple a un guerrero.
Al enterarse de aquellos amores el viejo cacique, que era a la vez consumado hechicero, no hallando al mozo merecedor de su hija, resolvió acabar con el romance del modo más fácil y expedito. Llamó al amante y valido de sus artes mágicas le condujo a la espesura, en donde le dio alevosa muerte.
Tras de experimentar la prolongada ausencia del amado, la indiecita cayó en las sospechas y fue en su búsqueda selva adentro. Al volver a casa con la dolorosa evidencia, increpó al padre entre sollozo y sollozo, amenazándole con dar aviso a la gente del crimen cometido.
El viejo hechicero la transformó al instante en ave nocturna, para que nadie supiera lo ocurrido. Pero la voz de la infortunada pasó a la garganta del ave y a través de ésta siguió en el inacabable lamento por la muerte del amado.
Tal es lo que referían los comarcanos sobre el origen del guajojó y su flébil canto de las noches selváticas.»
Hernando Sanabria
La Paz, Bolivia (1996)
“Tradiciones, leyendas y casos de Santa Cruz de la Sierra
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