Ciencias Sociales, pregunta formulada por Usuario anónimo, hace 2 meses

Realice un cuento con un personaje principal y dos secundarios. corto plss


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Respuestas a la pregunta

Contestado por isabelparales834
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Respuesta:

Entre los tesoros que guardaba Amelia se encontraban las semillas que le había regalado su abuela para su décimo cumpleaños. La abuela las había traído de su terruño, allá en Europa, cuando tuvo que emigrar a América para huir de la guerra. Las semillas estaban guardadas en un sobre, dentro de una caja forrada en terciopelo, junto con una cadenita de oro y unos sellos postales de lugares exóticos. Algunas tardes, cuando se sentía melancólica, Amelia abría la caja y contemplaba sus preciados “tesoros”.

(Nudo) Un domingo, Amelia recibió la visita de Justina y Carlota, dos compañeras del colegio. Luego de tomar el té y compartir un pastel de chocolate, Amelia fue a buscar a su cuarto la caja forrada en terciopelo e invitó a sus compañeras a salir al jardín para mostrarles sus “tesoros”. Con ellas salió también Cristian, el hermano pequeño de Amelia, un chiquillo muy simpático, pero también muy travieso. Mientras las niñas abrían la caja y sacaban los objetos, ocurrió que Cristian les lanzó el balón y, por accidente, hizo que las semillas cayeran a tierra. ¡Por más que se esforzaron para rescatarlas, fue imposible! Las semillas se habían mezclado entre los terrones. Amelia, desconsolada, aguantó el llanto y se retiró a su cuarto.

(Desenlace) Dos semanas más tarde, cuando la primavera empezaba a anunciarse con los primeros calores, Amelia salió al jardín a jugar con su prima Brisa. ¡Qué sorpresa se llevaron! En el lugar donde habían caído las semillas, comenzaban a despuntas unas plantitas con bellas flores azuladas. ¡Las semillas, que habían viajado desde Europa hacía tantos años, ahora florecían en un jardín del otro lado del océano! (Fin)

Contestado por emilcemv30
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Respuesta:

María, Paula y Julia eran tres amigas de doce años cada una. Vivían en un tranquilo pueblo cerca de una pradera. Allí tenían de todo, su escuela, su cine, su biblioteca, sus tiendas para comprar víveres y ropa, y, lo mejor de todo, un hermoso parque donde se reunían día a día a jugar desde que se conocieron a los 7 años.

El parque quedaba a la misma distancia de la casa de cada una, por la que todas caminaban los mismos cien metros para reunirse allí a divertirse en la rueda, en el columpio, en el sube y baja, o simplemente jugar con sus muñecas en el césped.

Todo había transcurrido bien durante esos años de amistad. La hora del parque era la más deseada por ellas. Sin embargo, como todo en la vida, ese año ellas entraron en secundaria, y como cada una se había decidido por estudios distintos, sus horarios cambiaron y no pudieron coincidir como antes en su lugar especial.

Con el tiempo pasaron de verse solo tres veces a la semana cuando antes eran siete; luego solo dos veces, y al final ni se veían. Hubo mucha tristeza en sus corazones a raíz de ese alejamiento, pero las nuevas cosas que sucedían en sus vidas hacían que el pesar no fuera tan hondo. Fue así como en un año el parque quedó solo.

El tiempo, sin que las chicas se fijaran, pasó volando. Por cosas de la vida se mudaron del pueblo a estudiar en las distintas universidades que escogieron. Sin embargo, cuando las cosas son muy buenas, se repiten.

Explicación:

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