rasgos spicologicos del caracter autoritario
Respuestas a la pregunta
El término “personalidad” proviene del griego “persona” que significaba la máscara que utilizaban los actores en las representaciones teatrales. Esta acepción identificaría la personalidad con los diversos roles o papeles que una persona representa a lo largo de su vida en los diversos escenarios por los que transita.
Estos papeles se encuentran dados ya en la sociedad cuando nacemos en forma de normas o valores, y las personas accidentalmente participan de algunos de ellos (no los eligen). De modo que el autoritarismo guarda relación con unas normas sociales que aprueban el dominio, poder y control sobre los demás, el ejercicio de la autoridad y el castigo ante su trasgresión.
La transmisión de estas normas puede comenzar desde la primera infancia, cuando los padres responden con hostilidad al niño cuando éste les contraría (llora, se queja, se equivoca, …). Este modelo de comportamiento será repetido por el niño cuando experimente frustración en sus relaciones sociales.
¿Hay algún tipo de persona que sea más propensa a ser así?
No existiría una predisposición a un tipo de personalidad autoritaria (como a padecer cáncer de mama o tener el colesterol alto), en cuanto que ésta no se hereda sino que se desarrolla a partir de unas normas sociales transmitidas por la familia y otras agentes sociales.
¿Qué rasgos tienen en común estas personas?
El autoritarismo puede ir desde la dominancia hasta el sadismo, que sería la variante más grave (no confundir con el sadismo sexual, en el que se experimenta placer sexual inflingiendo daño físico al otro). Suelen ser personas dominantes, agresivas, dogmáticas o incluso violentas con los demás. Muy disciplinados, les apasiona mandar, poner normas y castigar su violación, llegando al uso de la amenaza o humillación para conseguir su fin. Responden enérgicamente ante el cuestionamiento de su autoridad o cuando les desafían. Se muestran insensibles ante las necesidades y sentimientos de los demás, llegando a parecer crueles. Tampoco suelen expresar sus sentimientos, algo que consideran como signo de debilidad. Por lo general, funcionan muy bien en estructuras de poder tradicionales, jerárquicas, sobretodo si ocupan puestos de dirección.
¿Puede haber diferentes tipos de personas autoritarias?
La literatura científica describe cuatro tipos personalidades autoritarias en su variante más grave o sádica:
A. “Autoritario explosivo”: se caracteriza por explosiones de ira incontrolable dirigidas normalmente contra su familia, y agresiones que no buscan tanto el dominio, sino liberarse de la frustración. Tiene dificultades para expresar verbalmente su malestar. Un ejemplo típico podría ser un “padrastro disciplinado”
B. “Autoritario tiránico”: Es el más violento y cruel. Experimenta gran satisfacción ante el sufrimiento que genera en los demás, y se muestra frío y calculador. Un ejemplo sería un dictador o un alto cargo militar “despiadado”.
C. “Autoritario que se hace respetar”: Es estricto en el cumplimiento de las reglas y cree que tiene legitimidad para controlar y castigar a los demás. Se encontraría a gusto en cargos que impliquen el uso de sanciones sociales. Como ejemplo, se podría citar al policía cruel que abusa de su poder.
D. “Autoritario débil”: Son inseguros, cobardes. Dirigen la violencia víctimas débiles o “cabezas de turco” con la finalidad de crearse una apariencia fuerte y temida. Valdría de ejemplo el integrante de un grupo juvenil violento.
¿Puede darse el caso de que sean autoritarios en un ámbito concreto de su vida y en otros no?
Dado que las características de personalidad son estables y consistentes a través de las situaciones, en buena lógica las personas autoritarias tenderán a mostrar ese patrón comportamental con las personas que se hallen bajo su influencia, en todas las áreas de su vida que impliquen relaciones de jerarquía o de subordinación. Por ejemplo, quien es dominante y abusador con sus empleados, probablemente lo sea también con su pareja e hijos, o con otras personas a quienes perciba como vulnerables; aunque esto no es un axioma.