QUIERO UN RESUMES DEL EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA . NECESITO PARA HOY DIA ALAS 4 DE LA TARDE POR FAS
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Capítulo primero: El dilema del Caballero Editar
Hace ya mucho tiempo, había un caballero que pensaba que era bueno, amoroso y generoso. Luchaba contra sus "enemigos" que eran malos, mezquinos y odiosos. Rescataba damiselas en apuros y mataba dragones, aún contra la voluntad de algunas que no querían ser rescatadas. El Caballero era famoso por su armadura, tan brillante que los lugareños decían que el sol salía por la mañana y se posaba en su armadura con gran entusiasmo que a veces partía en varias direcciones a la vez. Su esposa y su hijo eran fieles y tolerantes con él, pero un día el Caballero, obsesionado con sus éxitos, dejó de quitarse la armadura. Cristóbal entristeció y su esposa enfureció hasta el punto de amenazarle con que se quitase la armadura o ella y Cristóbal se irían a vivir a otro sitio.
Capítulo segundo: En los bosques de Merlín Editar
El Caballero decidió ir a ver al rey para despedirse, sin encontrarlo. Pero se encuentra con Bolsalegre quien le dice que vaya al bosque de Merlín y eso hace. Después de meses de búsqueda, el Caballero no tiene muchas fuerzas para seguir, sin comida y sin agua, hasta que de repente se desmaya y despierta rodeado de animales. Merlín le da una copa de plata con una bebida, a la que Merlín llama Vida.
Capítulo tercero: El Sendero de la Verdad Editar
Cuando el Caballero despertó, vio a Merlín rodeado de muchos animales y le apremió a abandonarle. Esto molestó al Caballero que estaba empezando a disfrutar, pero Merlín dijo que debía emprender su viaje solo hacia un sendero cercano. El Caballero se detuvo a pensar y le dijo al mago que llevaba meses perdido en el bosque y que no había ningún sendero. Merlín le contestó que los que no tenían vista suficiente para ver más allá de sí mismo no podían verlo y que tendría que atravesar tres castillos para llegar a la cima del sendero: el Castillo del Silencio, el Castillo del Conocimiento y el Castillo de la Voluntad y la Osadía. El Caballero aceptó pero cuando tomó su caballo, el mago le dijo que no podía ir con él ni tampoco podía llevar su espada. Tan sólo irían él, la ardilla y la paloma Rebeca.
Capítulo cuarto: El Castillo del Silencio Editar
El Caballero, completamente solo, entró en el castillo. Llegó a una sala con una chimenea y un tapete. El lugar era demasiado silencioso. Entonces un hombre se acercó al Caballero. Éste se sorprendió, ya que el hombre era el rey al que el Caballero debía lealtad. El rey le confesó que solía recorrer el camino de la verdad a menudo para encontrarse a sí mismo. Claro que le parecía más sencillo decirles a sus súbditos que partía a las cruzadas, porque había altas probabilidades de que no le entendieran.
Capítulo quinto: El Castillo del Conocimiento Editar
Al entrar en el Castillo del Conocimiento, quedó sorprendido porque, aunque era muy grande y tenía una puerta de oro macizo, no tenía luz. A continuación leyó una frase que le hizo reflexionar: "El conocimiento es la luz que iluminará vuestro camino". Poco después vio otra: "¿Habéis confundido la necesidad con el amor?", le resultó difícil pero al final comprendió que él amaba a su familia por encima de todo y que él necesitaba a su familia como su familia lo necesitaba a él.
Capítulo sexto: El Castillo de la Voluntad y la Osadía Editar
El Caballero recorrió el camino hasta llegar al Castillo de la Voluntad y la Osadía. De repente, se abrió la puerta y apareció un dragón que no era como los demás ya que era demasiado grande y de escamas verdes, el dragón del Miedo y la Duda. El Caballero sintió miedo y, por más que llamaba a Merlín, éste no aparecía.
Capítulo séptimo: La Cima de la Verdad Editar
Tras pasar los tres castillos subió finalmente la montaña desgarrándose los dedos por culpa de las afiladas rocas. Entonces, antes de llegar a la cima, encontró una inscripción que decía: "Aunque este Universo poseo, nada poseo, pues no puedo conocer lo desconocido si me aferro a lo conocido” no sabía lo que quería decir y consideraba que era muy injusto ya que no podía pensar estando colgado de una roca. Entonces comprendió que tenía que liberarse totalmente. Dudó durante unos segundos, pero al final se convenció con ayuda de Sam y decidió arrojarse al vacío.
Mientras descendía recordaba cosas de su infancia y logró liberarse de todo lo que arrastraba. Entonces comenzó a elevarse y cuando se dio cuenta estaba en la cima de la montaña. Terminó por emocionarse y lloró, eran lágrimas que provenían del corazón por lo que estaban tan calientes que se derritió la última parte de la armadura. Ahora sí era totalmente libre, había comprendido que el universo y él eran uno solo y ahora tenía un mayor resplandor. Entendió que la vida consistía en el amor, y todo lo que la formaba lo era. Al final ya no tenía armadura.
Hace ya mucho tiempo, había un caballero que pensaba que era bueno, amoroso y generoso. Luchaba contra sus "enemigos" que eran malos, mezquinos y odiosos. Rescataba damiselas en apuros y mataba dragones, aún contra la voluntad de algunas que no querían ser rescatadas. El Caballero era famoso por su armadura, tan brillante que los lugareños decían que el sol salía por la mañana y se posaba en su armadura con gran entusiasmo que a veces partía en varias direcciones a la vez. Su esposa y su hijo eran fieles y tolerantes con él, pero un día el Caballero, obsesionado con sus éxitos, dejó de quitarse la armadura. Cristóbal entristeció y su esposa enfureció hasta el punto de amenazarle con que se quitase la armadura o ella y Cristóbal se irían a vivir a otro sitio.
Capítulo segundo: En los bosques de Merlín Editar
El Caballero decidió ir a ver al rey para despedirse, sin encontrarlo. Pero se encuentra con Bolsalegre quien le dice que vaya al bosque de Merlín y eso hace. Después de meses de búsqueda, el Caballero no tiene muchas fuerzas para seguir, sin comida y sin agua, hasta que de repente se desmaya y despierta rodeado de animales. Merlín le da una copa de plata con una bebida, a la que Merlín llama Vida.
Capítulo tercero: El Sendero de la Verdad Editar
Cuando el Caballero despertó, vio a Merlín rodeado de muchos animales y le apremió a abandonarle. Esto molestó al Caballero que estaba empezando a disfrutar, pero Merlín dijo que debía emprender su viaje solo hacia un sendero cercano. El Caballero se detuvo a pensar y le dijo al mago que llevaba meses perdido en el bosque y que no había ningún sendero. Merlín le contestó que los que no tenían vista suficiente para ver más allá de sí mismo no podían verlo y que tendría que atravesar tres castillos para llegar a la cima del sendero: el Castillo del Silencio, el Castillo del Conocimiento y el Castillo de la Voluntad y la Osadía. El Caballero aceptó pero cuando tomó su caballo, el mago le dijo que no podía ir con él ni tampoco podía llevar su espada. Tan sólo irían él, la ardilla y la paloma Rebeca.
Capítulo cuarto: El Castillo del Silencio Editar
El Caballero, completamente solo, entró en el castillo. Llegó a una sala con una chimenea y un tapete. El lugar era demasiado silencioso. Entonces un hombre se acercó al Caballero. Éste se sorprendió, ya que el hombre era el rey al que el Caballero debía lealtad. El rey le confesó que solía recorrer el camino de la verdad a menudo para encontrarse a sí mismo. Claro que le parecía más sencillo decirles a sus súbditos que partía a las cruzadas, porque había altas probabilidades de que no le entendieran.
Capítulo quinto: El Castillo del Conocimiento Editar
Al entrar en el Castillo del Conocimiento, quedó sorprendido porque, aunque era muy grande y tenía una puerta de oro macizo, no tenía luz. A continuación leyó una frase que le hizo reflexionar: "El conocimiento es la luz que iluminará vuestro camino". Poco después vio otra: "¿Habéis confundido la necesidad con el amor?", le resultó difícil pero al final comprendió que él amaba a su familia por encima de todo y que él necesitaba a su familia como su familia lo necesitaba a él.
Capítulo sexto: El Castillo de la Voluntad y la Osadía Editar
El Caballero recorrió el camino hasta llegar al Castillo de la Voluntad y la Osadía. De repente, se abrió la puerta y apareció un dragón que no era como los demás ya que era demasiado grande y de escamas verdes, el dragón del Miedo y la Duda. El Caballero sintió miedo y, por más que llamaba a Merlín, éste no aparecía.
Capítulo séptimo: La Cima de la Verdad Editar
Tras pasar los tres castillos subió finalmente la montaña desgarrándose los dedos por culpa de las afiladas rocas. Entonces, antes de llegar a la cima, encontró una inscripción que decía: "Aunque este Universo poseo, nada poseo, pues no puedo conocer lo desconocido si me aferro a lo conocido” no sabía lo que quería decir y consideraba que era muy injusto ya que no podía pensar estando colgado de una roca. Entonces comprendió que tenía que liberarse totalmente. Dudó durante unos segundos, pero al final se convenció con ayuda de Sam y decidió arrojarse al vacío.
Mientras descendía recordaba cosas de su infancia y logró liberarse de todo lo que arrastraba. Entonces comenzó a elevarse y cuando se dio cuenta estaba en la cima de la montaña. Terminó por emocionarse y lloró, eran lágrimas que provenían del corazón por lo que estaban tan calientes que se derritió la última parte de la armadura. Ahora sí era totalmente libre, había comprendido que el universo y él eran uno solo y ahora tenía un mayor resplandor. Entendió que la vida consistía en el amor, y todo lo que la formaba lo era. Al final ya no tenía armadura.
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