Historia, pregunta formulada por pazguayanaylucero, hace 11 meses

Quiero la historia de la florecilla y la nube ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por hrz19413070270041
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Un día de enero, mientras el sol abrasaba con sus ardientes
rayos la tierra, una pobre florecilla se sentía morir de sed e imploraba con voz quejumbrosa:
- ¡Una gota, una gota de agua! ¡Tan solo una gotita, que me muero de sed!
Pero nadie le hacía caso y la pobre florecilla se iba consumiendo por la sequedad del ambiente y por el insoportable calor del sol.
Paso por allí una nube, una sola nube, negra en medio de un cielo limpísimo. La florecilla la vio y sintió estremecimiento de alegría, alzó su cabeza y con todas las fuerzas que le quedaban se puso a gritar: - ¡Una gotita, una gotita de agua!
Al principio, la nube pareció no haber oído aquella voz implorante, pero luego se detuvo, observó un rato y le preguntó:
- ¿Qué quieres? ¿Quién eres? ¿Dónde estás?...
- Estoy aquí- respondió la florecilla- soy una pobre flor que se muere de sed. ¡Ten compasión de mí! Dame una sola gota de tu agua. ...
- No puedo detenerme ¡no tengo tiempo! Mañana volveré a pasar por aquí y quedarás satisfecha.
La infeliz no tuvo fuerzas para resistir más; inclinó poco a poco su cabeza, se replegó sobre sí misma como para dormir, se abatió hasta el suelo y, sin decir palabra, expiró.
Al día siguiente, la nube pasó por el mismo sitio y empezó a buscar a la florecilla, pero fue en vano; en su lugar no vio más que un montoncito de
hojas secas, quemadas por el sol.

hrz19413070270041: Espero que te sirva
hrz19413070270041: Me puedes dar corona
hrz19413070270041: Por favor
pazguayanaylucero: Gracias
hrz19413070270041: Por nada
hrz19413070270041: Si quieres que te ayude dime
Contestado por jeison89
11

Respuesta: Un día de enero, mientras el sol abrasaba con sus ardientes

rayos la tierra, una pobre florecilla se sentía morir de sed e

imploraba con voz quejumbrosa:

- ¡Una gota, una gota de agua! ¡Tan solo una gotita, que me

muero de sed!

Pero nadie le hacía caso y la pobre florecilla se iba consumiendo

por la sequedad del ambiente y por el insoportable calor del sol.

Paso por allí una nube, una sola nube, negra en medio de un cielo

limpísimo. La florecilla la vio y sintió estremecimiento de alegría,

alzó su cabeza y con todas las fuerzas que le quedaban se puso a

gritar: - ¡Una gotita, una gotita de agua!

Al principio, la nube pareció no haber oído aquella voz implorante, pero luego se detuvo,

observó un rato y le preguntó:

- ¿Qué quieres? ¿Quién eres? ¿Dónde estás?...

- Estoy aquí- respondió la florecilla- soy una pobre flor que se

muere de sed. ¡Ten compasión de mí! Dame una sola gota de

tu agua. ...

- No puedo detenerme ¡no tengo tiempo! Mañana volveré a

pasar por aquí y quedarás satisfecha.

La infeliz no tuvo fuerzas para resistir más; inclinó poco a

poco su cabeza, se replegó sobre sí misma como para

dormir, se abatió hasta el suelo y, sin decir palabra, expiró.

Al día siguiente, la nube pasó por el mismo sitio y empezó a

buscar a la florecilla, pero fue en vano; en su lugar no vio más que un montoncito de

hojas secas, quemadas por el sol.

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