Quienes son los personajes de la obra de Cesar Vallejo "El unigénito"
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cesar vallejo
Explicación:
Dra. Mara L. García
César Vallejo, nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco, Perú1 y donde se violan las fronteras de lo real y lo quimérico, para dar espacio a lo sobrenatural.
Una de las técnicas utilizadas en la narrativa del autor de Los heraldos negros, es lo fantástico. Gracias a ello, el lector penetra en un ámbito normal, donde lo inverosímil irrumpe y transforma el espacio real. En las antologías sobre la Literatura Fantástica aparecen algunas obras de César Vallejo tales como: "Más allá de la vida y la muerte", "Teoría de la reputación", "Viaje alrededor del porvenir" , "Los dos soras", "El unigénito", "Mirtho", "Los caynas", Fabla salvaje y "Coro de vientos"3.
En el cuento "Mirtho", propósito de este breve análisis, César Vallejo se vale de lo fantástico para presentar un personaje masculino, que dice entregarse plenamente al amor de su novia, sin embargo, lo inadmisible invade su vida para fracturar la relación de la pareja y lo transforma en un hombre infiel, sin que él lo haya planeado de ese modo. El autor nos presenta una mujer sumisa de la realidad textual, que no protesta ni reclama la infidelidad de su pareja, aumentando el misterio del relato. El joven siente que Mirtho es dos mujeres en una. El final es inesperado y abierto, donde el receptor tiene que formular lo no formulado y completar los blancos dejados por el autor como lo indica el crítico de la teoría de la recepción Wolfgang Iser.
Antes de analizar el cuento "Mirtho", presentaré algunos aspectos teóricos de lo fantástico, por ser relevantes al análisis. Según la óptica de Todorov: "Lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural" (24). La vacilación del lector, es, pues, la primera condición de lo fant?stico, pero es necesario que el lector se identifique con un personaje en particular" (36).
La incertidumbre muchas veces se mantiene hasta el final del cuento, sin encontrar una explicación lógica a lo que sucede, y el receptor tiene que tomar una posición ante los sucesos inexplicables que ocurren frente a sus ojos. En el relato entramos en un espacio, donde un joven se enamora de una damisela Trujillana, llamada Mirtho. El joven piensa que es lo más hermoso que le ha ocurrido. Un día, el más querido de sus amigos le reprocha su infidelidad a Mirtho, ya que no sólo él, lo ha visto con otra mujer, sino otros lo han sorprendido infraganti. El joven no comprende tal acusación, puesto que el está seguro de su fidelidad a su amada y piensa que se trata de un simple juego de sus camaradas.
Según la óptica de Todorov, es necesario que la vacilación del lector y de los personajes esté representada dentro de la obra (28-29). Efectivamente, el lector duda de la existencia de otra mujer y pensamos que se trata de una broma. El joven está seguro que sólo ama a Mirtho, y no le es infiel, como lo afirmaba el resto: "Todos habrían testificado mis relaciones de amor con la segunda mujer para mí tan desconocida como irreal. Y yo habríame quedado aún más boquiabierto ante semejante fosfeno colectivo" (71). La duda del personaje aumenta la vacilación del lector, y no damos crédito a las murmuraciones que se suscitan en torno a Mirtho y su novio. Como la protagonista Mirtho calla y no protesta, el lector piensa que se trata de una calumnia de los amigos, para confundir al joven. "Mirtho nunca me decía nada que diera a entender ni remotamente que ella supiese de mi supuesta infidelidad. Ni un gesto, ni una espina en su alma, no obstante su carácter vehemente y celoso" (72). La indiferencia de Mirtho, aumenta la incertidumbre, puesto que nunca exige ni reclama. Al final, aprendemos que realmente hay otra mujer y el joven no se percata de su existencia, hasta un diálogo que cree tener con Mirtho. En una conversación de la pareja descubrimos:
Interrumpióme violentamente y me clavó sus ojos de hembra en celo, arguyéndome: --¿Qué dices? ¿Mirtho? ¿ Estás loco? "Con cara de quién me
ves? Y luego, sin dejarme aducir palabra: --¿Qué Mirtho es esa? ¡Ah! Con que me eres infiel y amas a otra. Amas a otra mujer que se llama
Mirtho. --¡Qué tal! ¿Asé pagas mi amor! ? Y sollozó inconsolable". (74)
El lector no encuentra una explicación lógica a la existencia de las dos mujeres, sin que el novio lo sepa. Pensamos que se trata de una para que el cuento pueda considerarse fantástico