Religión, pregunta formulada por emily55, hace 1 año

Quiénes son los fundadores de Israel


LauraCrista1: ¿Quieres ser amigos? :)
emily55: ??
LauraCrista1: ¿Quieres ser amigos? :)
LauraCrista1: si or no?:)

Respuestas a la pregunta

Contestado por Usuario anónimo
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El fundador de Israel fue Jacob, ya que Dios le cambio el nombre por Israel, cumpliendo la promesa que le hizo a su abuelo Abraham de que seria una Nación grande y tendría millones de descendientes, por eso todo el mundo es descendiente de Israel.
Contestado por patron2003
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La historia del Estado de Israel se puede narrar en dos versiones: la abreviada, que se inicia hace poco más de un siglo –cabría fijar la fecha en 1896, año de la publicación de El Estado judío de Teodoro Herzl (1860-1904)– y entra en fase de consolidación con la declaración de la Independencia, el 14 de mayo de 1948; o la versión extensa, cuyo comienzo cabría situar en el año 587 a.e.c., en la conquista de Jerusalem por Nabucodonosor II, la destrucción del Primer Templo y el exilio en Babilonia, y que también alcanza el siglo XX. Vamos a descartar aquí la segunda, a pesar de que los dos milenios y medio de expulsiones y retornos que culminan tras la partición de 1947 son, en gran medida, expresión de un anhelo constante del pueblo judío, en las más diversas circunstancias, de retornar a su hogar histórico, cuna del monoteísmo y, por qué no poner el acento en ello, espacio fundacional de Occidente junto a Grecia, entonces extendida por las costas del Cercano Oriente. Empecemos, pues, por el surgimiento del sionismo, sobrevenido al cabo de grandes sufrimientos en una Europa refractaria a los judíos, desde Rusia hasta España y más allá, en los dominios europeos de ultramar, y de un prolongado debate interno en el seno del mundo hebreo, en el que no pocos abogaban por la asimilación, especialmente entre los ilustrados judíos alemanes. El propio Herzl era un judío asimilado en su juventud, que hasta había llegado a militar en la Burschenschaft, asociación juvenil que, habiendo sido liberal e igualitarista en sus orígenes, había pasado a la clandestinidad al fracasar la revolución de 1848 y, posteriormente, había dedicado todos sus esfuerzos a la unificación alemana con la consigna –hoy chocante– "Honor, Libertad, Patria". La tendencia asimilacionista de Herzl pronto se vio cuestionada por la realidad de un antisemitismo rampante, aunque, en no pocos casos, disimulado bajo una hipócrita capa de aceptación, sobre todo en la sociedad alemana. Ni en Polonia ni en Rusia se esforzaba nadie por fingir que amaba a los judíos. Por eso en la Primera Guerra Mundial muchos hebreos simpatizarían con el ejército alemán, cuanto éste se enfrentó a los enemigos rusos. Albert Einstein fue uno de los escasos intelectuales judíos de lengua alemana que se negó a firmar la petición promovida por Max Lieberman de apoyo a Alemania en la contienda. Pero la experiencia de Herzl, que no ignoraba la radicalidad de la judeofobia rusa y polaca, fue más variada: de hecho, sufrió discriminación en el Imperio Austro-Húngaro, y su definitiva toma de conciencia tuvo lugar en París, ante las manifestaciones populares antisemitas por el caso Dreyfus.
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