Ciencias Sociales, pregunta formulada por JesusAntolinez, hace 1 año

¿Quiénes podrían estar interesados en el llamado capitalismo verde?

Respuestas a la pregunta

Contestado por yesicamantilla4
2

Respuesta:

¡Girasoles!, ¡osos, iguanas, animales exóticos!,

¡árboles, hojas o gotas de agua..!, son hoy imágenes recurrentes en propagandas de grandes empresas y de organizaciones que buscan

mostrar ante la opinión un gran interés por las

problemáticas ambientales y el futuro que le

depara a la humanidad, a la vez que ocultan la

realidad de una sociedad altamente consumista e inequitativa y los impactos socioambientales de la producción del capital.

Más allá del efecto que buscan, conviene

mirar a qué responde ese andamiaje comunicativo. El capital necesita hacer un ajuste

ecológico o verde, pues ha tenido que reconocer los enormes impactos ambientales generados por su modo de acumulación y por la

ideología del progreso que impulsa (Gudynas,

2010). Y lo hace porque los impactos también

lesionan sus posibilidades de acumulación.

El ajuste consiste en integrar la naturaleza y

los seres como bienes escasos en el campo

de los valores de uso, capitalizando1

así las

Explicación:

El capitalismo verde se puede asimilar con lo

que Escobar (1996) describe como la forma

postmoderna del capital ecológico, refi riéndose

con esta noción a la conquista semiótica de la

naturaleza y la vida que posibilita el uso sostenible y racional del medio ambiente; o con el

capitalismo benévolo de Gudynas (2010), que a

través de “ajustes” ecológicos busca integrar la

naturaleza en el mercado, mientras mantiene

un modelo extractivista con profundos impactos sociales y ambientales. Gudynas advierte

que ese capitalismo no niega sus impactos, ese

no es su propósito; lo que pretende es sí “administrarlos”, compensarlos o amortiguarlos con

programas sociales que permitirán legitimar el

modelo y apaciguar la protesta social.

En este texto se verá entonces el capitalismo

verde desde los diferentes “ajustes verdes” que

pone en marcha el capital para resolver las siguientes necesidades de su proceso de expansión: limpiar la imagen de las tradicionales

formas de explotación del capitalismo cuestionadas por sus impactos sociales y ambientales;

concebir nuevos fundamentos para el modelo

de crecimiento económico y así mantener vigente el paradigma del desarrollo, el cual se encuentra en crisis ante la incapacidad de responder a problemas ambientales generados por el

mismo y a una mayor crisis civilizatoria que lo

desborda; garantizar una mayor cantidad de

recursos naturales y servicios ambientales para

la reproducción del capital; y apaciguar la creciente protesta social y resistencia ligadas a las

luchas por el agua, la soberanía alimentaria, la

diversidad y la defensa del territorio.

El despliegue de los ajustes del capital se enmarca en la tendencia de dominar con sus leyes

todo lo que pueda: eso implica ver la naturaleza,

la diversidad o el conocimiento ancestral como

nuevas formas susceptibles de ser explotadas,

creadoras de ganancia y determinadas por el

mercado. Un claro ejemplo de ello es el Pacto

Verde Mundial promovido por el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en 2008, producto de una iniciativa para,

promover un plan global para una “revolución industrial verde” que incentive las inversiones en una nueva generación de activos,

como los ecosistemas, las energías renovables, los productos y los servicios derivados de

la diversidad biológica, las tecnologías para

el manejo de productos químicos y residuos,

así como de mitigación del cambio climático

y las “ciudades verdes” (edifi cios, construcciones y sistemas de transporte inocuos para el

ambiente) (Cepal, 2010: 59).

En esta dinámica han surgido distintas categorías como: “crecimiento verde”, “ambientalismo

de mercado”, “marketing verde”, “industrias verdes”, “economía verde”, entre otras, que hacen

referencia a aspectos específi cos del capitalismo verde, pero su expresión global y hegemónica se encuentra representada en los acuerdos

promovidos en la CMNUCC (Convención Marco

de las Naciones sobre Cambio Climático)2

y en

las medidas adoptadas por corporaciones, organismos multilaterales e instituciones fi nancieras en relación a estos.

Es por ello que resulta importante identifi car

¿cuáles son los caminos que toma el capitalismo verde para hacerse real y adquirir forma?,

pasando de un discurso que maquilla la privatización del agua o la biodiversidad a una

transición hacia nuevas tecnologías, formas

de extractivismo cobijadas por perspectivas

de desarrollo “limpias” y nuevos mercados con

complejas formas de regulación que defi nen

una “gestión” o “manejo” ambiental a partir de

mecanismos fi nancieros.

Para responder esta pregunta, se caracterizará

la estrategia que viene implementando el BID

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