Ciencias Sociales, pregunta formulada por domyvane20, hace 1 año

quienes encabezaron la oposicion para la oligarquia costeña

Respuestas a la pregunta

Contestado por gabykspe
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Historiador ecuatoriano. Trabajo presentado en el V Encuentro de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe, celebrado en Sao Paulo, Brasil, del 22 al 26 de octubre de 1990. Tomado de: tzintzun.iih.umich.mx/num_anteriores/pdfs/tzn12/oligarquia_ecuador_1765.pdf 

Un elemento característico en la evolución de la sociedad colonial quiteña fue el desarrollo de poderosas estructuras de poder regional.

Diversos factores geográficos, demográficos y económicos determinaron el surgimiento de sociedades regionales diferenciadas en el territorio de la Audiencia de Quito y condicionaron el desarrollo histórico de éstas. Esto se reflejó en la conformación de grupos de poder local y regional, típicamente oligárquicos, que controlaban los recursos y medios productivos fundamentales, así como los espacios locales de poder político (cabildos).

La acción de esas oligarquías marcó no sólo su propio desarrollo sino también el de la sociedad regional que estaba bajo su control. Y su presencia histórica determinó que la oligarquía ecuatoriana naciera con un carácter de “clase dominante dispersa”, formada por componentes similares pero aislados y aún opuestos entre sí.

Internamente, esas oligarquías regionales estaban constituidas por grandes familias o clanes oligárquicos, estrechamente vinculados por lazos de parentesco sanguíneo y social. Si bien las relaciones administrativas y comerciales promovieron el establecimiento de ciertos vínculos intrarregionales, prácticamente no se producían enlaces matrimoniales fuera del ámbito de cada sociedad regional.

Hacia fines del siglo XVIII, en la Audiencia de Quito existían las sociedades regionales de la Sierra norte (Pasto), de la Sierra central (Quito-Ambato-Riobamba), del Austro (Cuenca-Loja) y de la Costa (Guayaquil).

Así como en el estudio de la formación social ecuatoriana no puede ignorarse la presencia de esas sociedades regionales, en el análisis de la clase oligárquica no puede descuidarse el estudio de las familias que la constituyen. Es más, si bien es cierto que toda clase social está formada por familias y no por individuos aislados, este hecho tiene particular importancia en el caso de una oligarquía precapitalista, por las alianzas matrimoniales, vinculaciones socioeconómicas y usos culturales que del mismo pueden derivarse.

La familia oligárquica en la Audiencia de Quito: Algunas características fundamentales

1. Era una familia patriarcal extensa, sustancialmente distinta a la moderna familia nuclear burguesa. Estaba regularmente conformada por padres, hijos, nietos, sobrinos, nueras, yernos, y con bastante frecuencia incluía también a hijos ilegítimos y ahijados. Todos sus miembros eran corresidentes y comensales.

2. Las familias oligárquicas practicaban una cerrada endogamia. Originalmente destinada a preservar la pureza étnico-cultural de los españoles asentados en América, en lo posterior esta se encaminó a evitar la vinculación matrimonial entre miembros de familias nobles y el resto de la población -incluidos los miembros de familias “plebeyas” de origen español- y a vincular entre sí a importantes fortunas familiares (1).

3. Algunas familias oligárquicas eran de antiguo cuño (descendientes de conquistadores y encomenderos) y otras de origen más moderno (comerciantes enriquecidos, burócratas asentados en el país). Unas pocas poseían títulos nobiliarios traídos a América por sus antepasados. Otras poseían títulos de Castilla, adquiridos gracias a su riqueza (2). La mayoría de familias oligárquicas no detentaban un título nobiliario, aunque algunas inclusive estaban emparentadas con grandes familias españolas; en cualquier caso, merecían un trato diferente por parte de las autoridades coloniales. (3)


 Retrato de Clemente Sánchez de Orellana, primer márques de Villaorellana, conservado en el Museo Nacional de Medicina, en Quito.

4. La base de su poder económico y preeminencia social estaba dada por la propiedad de la tierra y, más exactamente, por la hacienda.

Para fines del siglo XVIII, la oligarquía criolla poseía ya la mayor parte de los medios productivos del país. Los latifundios ocupaban prácticamente toda la tierra laborable de la Sierra, a excepción de la de los resguardos indígenas, y las familias oligárquicas también controlaban, mediante arrendamiento, los ejidos de las ciudades y pueblos (4). En la Costa, por su parte, empezaba a constituirse tardíamente el latifundio, bajo el estímulo del primer auge cacaotero, impulsado a su vez por las disposiciones borbónicas de “libre comercio” (5).
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